Edgar Villanueva
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Esta semana la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que a partir del domingo se iniciarán una serie de redadas en contra de al menos 2 mil migrantes que permanecen en Estados Unidos de América. Este anuncio ha sido tomado con ansiedad por parte de la comunidad migrante, especialmente la latinoamericana, pues temen que sus familias sean desintegradas a causa de esta operación.
Mientras no estemos trabajando para solucionar las causas de la migración, el debate migratorio seguirá siendo una discusión bizantina. Por un lado, aquellos que promueven la protección de los migrantes que huyen de situaciones de pobreza, inseguridad y falta de oportunidades y por otro lado aquellos que se oponen a una migración desordenada. En medio, quedan los paralizados Gobiernos, unos más activos que otros a favor de los migrantes, pero al final de cuentas, impactados por los efectos de un fenómeno tan multicausal, que inventarle una única solución es imposible.
Dentro de este contexto están las redadas, paliativos operativos que generan réditos para los políticos, pero que dan poca o ninguna solución al problema de fondo, la migración irregular está causada por falta de condiciones en los países de origen y es en estos donde se deben de aplicar los remedios. Las redadas son una especie de torniquete que se aplica a una herida profunda. Esta puede parar el sangrado, pero no sanará la herida.
Debemos entender que la Oficina de Migración y Control de Aduanas (ICE), está cumpliendo con la ley al deportar a quienes han ingresado a territorio norteamericano sin permiso y como guatemaltecos debemos colaborar en que nuestros connacionales conozcan los riesgos de permanecer en Estados Unidos de manera irregular. Sin embargo, creo que todos podemos estar de acuerdo con que hoy se deportan 2 mil y mañana volverán 1998 a tocar las puertas de la Frontera Sur de los Estados Unidos. Esto no se detendrá hasta que no tengamos un Estado funcional que permita que se generen oportunidades y prosperidad en Guatemala.
Es importante que no nos enredemos y recordemos, que, si bien hay algunos casos de guatemaltecos que migran por la inseguridad, la mayoría lo hace por falta de oportunidades económicas. Al respecto, recientes estadísticas nos indican que no es una cuestión falta de trabajo, pues muchos encuentran oportunidades para subsistir en la economía informal, sino de calidad del trabajo. Sin un empleo bien remunerado y con algunos beneficios, los chapines seguiremos buscando un lugar donde poder realizar nuestros sueños.
Por eso insisto, que debemos trabajar unidos para generar empleo y son las empresas el eje fundamental para hacerlo. El Estado juega un rol como empleador, pero su rol más importante es como creador de condiciones. Toda la maquinaria estatal (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) deberá estar en la misma página para que esto sea posible y exitoso. A los candidatos que están por ser electos, es su obligación buscar los consensos necesarios para reactivar la economía del país y poder conservar el talento que actualmente huye de Guatemala.