Roberto Arias
El populismo hace apelación al pueblo para edificar su poder, entendiendo al pueblo como las clases sociales bajas y sin privilegios económicos o políticos. Fundamenta su estructura en la denuncia permanente de los males que simbolizan a las clases privilegiadas. Los líderes populistas, por lo tanto, se presentan como redentores de los humildes.
La politóloga guatemalteca Gloria Álvarez surgió a la fama internacional luego de un terminante discurso contra el populismo latinoamericano que brindó en 2004 en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud, en Zaragoza, España. Gloria Álvarez dejó sentado que: “El populismo necesita mantener a la gente en la pobreza para seguir gobernando». Adicionalmente la joven politóloga guatemalteca denuncia que los gobiernos populistas latinoamericanos mantienen a la población en la ignorancia y la miseria para perpetuarse en el poder.
Además sostiene que vemos congresos cada vez más débiles, los diputados se vuelven compinches del Ejecutivo. Luego también sucede que el Organismo Judicial empieza a tener menos relevancia, los fiscales dejan de hacer su trabajo. Hay leyes de medios donde se controla la libertad de expresión.
Un periodista argentino le preguntó a la guatemalteca: “¿El populismo necesita mantener a la gente en la pobreza para seguir gobernando?”. Ella respondió: “Absolutamente. La clave es que tú necesitas unos votantes que no piensen mucho las cosas, que no analicen más allá. Y para eso tienes que mantener los niveles de ignorancia. Maduro dice que Chávez le habla en la forma de un pajarito. La única forma de que la gente se crea eso es teniendo una educación muy pobre y que esté en una necesidad económica absoluta. O como pasa en mi país, que el candidato número 1 dijo que llevaría a Guatemala a su primer mundial. Y la gente lo aplaude. O dice que es el enviado de Dios para salvar Guatemala. Entonces, sólo con un nivel de ignorancia muy básico puedes ganar las elecciones con un discurso tan pobre.”
El populista tiene un concepto demagógico y mágico de la economía: para él, todo despilfarro es inversión. La ignorancia o incomprensión de los gobiernos populistas en materia económica se ha traducido en desastres descomunales de los que los países tardan decenios en recobrarse.
En Guatemala hemos podido observar a una candidata a la presidencia que ya demostró cómo ella puede jugar con las leyes de Femicidio para satisfacer sus berrinches y cómo puede controlar la libertad de expresión a los medios de comunicación. Es la candidata que por segunda vez hace uso del populismo para intentar acceder a lo que más añora: Ser la presidenta de la República, a pesar de haber perdido contra Jimmy Morales, con 2.5 millones de votos en su contra, en la contienda pasada.
Su discurso demagogo es regalar dinero y bolsas con algunos alimentos a la gente pobre, lo cual obviamente no cumplirá y si peregrinamente lo cumpliera, llevaría a Guatemala a una catástrofe económica sin par.
Estimado lector, cumpla usted con no entregar a Guatemala al populismo. Sería nefasto.
