Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

ProPublica es un centro de investigación periodística de Estados Unidos que se ha ganado un sólido prestigio por sus diferentes trabajos sobre la realidad de ese país desde una perspectiva que los analistas califican de balanceada y esta semana publicó un interesante e ilustrativo trabajo sobre la existencia en Facebook de un nutrido grupo secreto de alrededor de 9 mil 500 miembros, que ProPublica pudo vincular con cuentas reales de miembros de la Patrulla Fronteriza que tiene el control de la frontera con México para prevenir el ingreso de inmigrantes en condición irregular, haciendo ver el contenido en el que los agentes se ríen de la muerte de migrantes y hacen comentarios sexistas y racistas y se burlan sobre las condiciones en que se encuentran en los centros de detención.

La infame fotografía del hombre salvadoreño ahogado junto a su pequeña hija tratando de cruzar la frontera fue objeto de burlas de los miembros del grupo que dijeron que seguramente era una fotografía alterada con Photoshop porque los cuerpos se veían demasiado limpios y que nunca habían visto cuerpos de ahogados que parecieran tan pulcros. Igualmente hicieron burla de la muerte de un migrante guatemalteco, Goyito, dando a entender que se murió y qué.

Todo ello ocurre mientras nuestras autoridades no elevan ninguna voz de protesta por el trato que reciben nuestros compatriotas en la frontera de Estados Unidos y, al contrario, cuando la Canciller afirma que pudo constatar que son bien tratados en los centros de detención, patraña orientada a quedar bien con el gobierno de Trump que ha endurecido las acciones en contra de los migrantes, a los que insisten en calificar de vagos, violadores y criminales que tratan de entrar a Estados Unidos, pasando por alto las verdaderas y dramáticas causas de esa enorme ola migratoria que viene de países en los que campea la corrupción que no permite inversión seria en programas y acciones de desarrollo humano y social.

Y en el caso de Guatemala la desatención a los migrantes es más cruel y patética, siendo el caso que es el trabajo de esos cientos de miles de esforzados guatemaltecos lo que mantiene artificialmente una economía que, de no ser por las remesas, habría colapsado hace mucho tiempo porque permite el consumo en este país donde la gente no encuentra oportunidades de empleo ni de desarrollo y se ve forzada, por evidente y patética necesidad, a emprender esa peligrosa ruta de una migración que les lleva a donde, mediante jornadas extenuantes y muchas privaciones, pueden juntar dinero para enviar a sus familiares que quedaron en el terruño.

Cualquier país que dependa de tal forma del trabajo de los migrantes debiera, por lo menos, ofrecerles toda clase de apoyo y tendría que elevar su voz para reclamar cuando son objeto de trato inhumano como el que ahora reciben de manos de la Patrulla Fronteriza cuyos miembros demuestran no sólo el desprecio hacia esa gente que viaja en condiciones miserables, sino que además se ríen y se burlan de la misma muerte.

Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

post author
Artículo anteriorLa diferencia entre candidatos y electores
Artículo siguienteEl Presidente va de compras