Juan José Narciso Chúa

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Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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Juan José Narciso Chúa

Las elecciones generales en su primera vuelta han concluido. Pareciera que aún con algunos focos de disturbios e inconformidades, la situación en general estuvo normal. Las elecciones representaban en el momento tan complicado para el país, un corte, una foto en la dinámica política, pero que sus resultados se preveían justamente como ocurrieron, sin mayores problemas.

Los resultados sí mostraron sorpresas. Las encuestas situaban los dos primeros lugares, tal como ocurrió; con un considerable cambio en cuanto al porcentaje calculado para Sandra Torres, que se quedaba alrededor del 20%; sin embargo, los resultados muestran que su porcentaje superior se elevó significativamente hasta alcanzar casi un 28%; mientras que el segundo lugar obtuvo un modesto 18%.

Las sorpresas después de estos datos se centraron en la figura de Roberto Arzú, que incluso había sido considerado un tercer lugar, terminó en una posición mucho más baja que eso, incluso fue superado ampliamente por Edmond Mulet y Thelma Cabrera, e igualmente, el repunte de Manuel Villacorta mostró que una campaña sin plata, pero con un buen candidato puede rendir sus frutos.

El fenómeno, en todo caso es Thelma Cabrera, quien se posicionó en un cuarto lugar, prácticamente empatada con Edmond Mulet, lo cual también muestra que un trabajo de organización en el territorio reditúa, pues al final, el MLP fue la expresión de un trabajo permanente de activismo social en el campo y aglutinando a personas y grupos sociales. Estimo que tienen porvenir en el futuro, pero creo que sí deben evitar hacer afirmaciones con poco sustento como lo relacionado con el fraude.

Ahora, qué viene de acá en adelante. Las cosas desafortunadamente no cambiaron mucho. No hubo ninguna configuración en el tablero político. Las organizaciones de izquierda e izquierda democrática no representan un grupo significativo, pero igual pueden hacerse oír. El resultado final entre los dos candidatos punteros, no cambia nada, son básicamente lo mismo, con ligeros matices. De ellos dependerá la continuidad o la ruptura.

¿Por qué la continuidad?, este es un primer factor que debe analizarse. Al final el resultado consolida el Pacto de Corruptos, articula a los grupos conservadores, así como favorece a los grupos que buscaban la continuidad. Sin embargo, esta posición puede resultar desfavorable de cara a la segunda vuelta. Ayer, Sandra Torres señalaba por la mañana su rotunda negativa a la CICIG; sin embargo, Carlos Raúl Morales, inmediatamente replicó que dicha decisión pasaría por una Consulta Popular, con lo cual le atenúa a Sandra una indiscreción o una declaración que viene más de su corazón que de su rol político. Pretender mantenerse en esta ola que apuesta por la política tradicional para ambos contendientes puede resultar contraproducente de cara a la segunda vuelta electoral, independientemente que su ejecutoria en el ejercicio del poder los regrese a esta postura.

¿Por qué la ruptura?, esta pregunta es esencial que se la hagan los candidatos, pretender unirse a la continuidad para favorecer a los grupos económicos y políticos tradicionales, los coloca ante la innegable presencia del crimen organizado y el narcotráfico que ya se encuentran enquistados en el sistema, por ello la ruptura. Es imprescindible recuperar la conducción del Estado por medio de instituciones menos porosas y vulnerables a las presiones de estos grupos, de otra forma, la espiral de destrucción que ya se ha iniciado, únicamente vendría a consolidarse para terminar de destruir más lo que esta gestión deterioró considerablemente. Resolver la disyuntiva entre la continuidad y la ruptura, no sólo sienta un precedente para los punteros, sino además prefigura lo que podría acontecer en nuestro país de cara al futuro inmediato. La esperanza es mínima, la decepción es mayúscula.

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