Los guatemaltecos recordamos el 13 de septiembre del año 2017 como el Día Infame porque, luego de que en la sesión solemne por la fiesta de la Independencia Jimmy Morales los exhortara a legislar, dispusieron aprobar reformas legales para dejar impunes varios de los delitos que estaban siendo perseguidos por la Comisión Internacional Contra la Impunidad y el Ministerio Público. 107 diputados dieron su voto a favor de esas reformas aprobadas en laS que fue la primera manifestación y acción pública del Pacto de Corruptos y no fue sino por la presión ciudadana, que acorraló a los miembros del Congreso en el recinto parlamentario, que esos decretos infames fueron archivados y quedaron sin efecto.

Pues bien, resulta que 73 de los diputados que votaron a favor de esas leyes de impunidad y perdón a los crímenes, están ahora en las papeletas como candidatos en busca de su reelección en el Congreso de la República y el sistema de elección, más la escasa memoria de mucha gente, permitirá que varios de ellos nuevamente ocupen una curul para seguir operando dentro del Pacto de Corruptos que es ampliamente conocido por todos, excepción hecha de la fiscal general Consuelo Porras que no tiene la menor idea, según su propia confesión, de qué es ese Pacto ni de su existencia.

El sistema de elección permite que en las planillas vayan escondidos, sin hacer grandes aspavientos, algunos de los que votaron a favor de esas leyes que fueron repudiadas en forma enérgica por la ciudadanía guatemalteca que se movilizó para presionar a fin de que fueran derogadas las normas que aseguraban absoluta impunidad a los corruptos y, especialmente, a los corruptores.

Por ello es que hemos dicho que en estas condiciones las elecciones aseguran la continuidad de un sistema que está capturado por las mafias que saben cómo operar y cómo moverse en las procelosas aguas de un mar de enredos legales y de falta de claridad en las normas de juego.

Y el clientelismo juega su papel en el comportamiento del electorado porque se sabe de candidatos a diputados del oficialismo que están enviando convoyes de camiones con dádivas y cupones a lugares del interior donde esperan conseguir votos para asegurar sus reelecciones.

El voto consciente tiene que manifestarse si queremos iniciar una depuración del sistema y a quienes ya se jugaron pública y oficialmente por el Pacto de Corruptos hay que repudiarlos en las urnas en el ejercicio de una auténtica democracia que proyecta sus beneficios a la población y al Estado mismo.

Redacción La Hora

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