Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

La sobrepoblación en las áreas urbanas ha obligado a las familias a un cambio de vida. Esa sobrepoblación, pese a que se ha reducido el número de hijos por pareja, ha llevado a la familia a vivir en esa área urbana extendida que conocemos ahora.
Mi primo Carlos Estrada, hace unos diez años compró un apartamento en la zona catorce y comentó que se sentía contento de tener una vivienda en el centro de la ciudad. Me sorprendió su comentario, pues seguía pensando que el centro era la zona uno. Al considerar cómo la ciudad creció, a lo largo y ancho. Es de entender su comentario.
Esta ciudad llena de vehículos de todo tipo, a toda hora del día, además de contar con una alta tasa de delincuencia y pocos parques, o lugares seguros donde los niños puedan moverse, se ha vuelto muy complicada para ir de un lado a otro, por lo que los recorridos mínimos se calculan por cerca en media hora y en horas pico, podríamos quedarnos hasta tres o más detenidos en el tráfico, sin contar con accidentes que nos dejen parados por largo tiempo.
Convirtiéndonos en aliados de la inactividad física, la que se ha se ha identificado como un factor de riesgo principal para la mortalidad global y un factor que contribuye al aumento del sobrepeso y la obesidad.
Considerando que la primera infancia es un período de rápido desarrollo físico y cognitivo y un tiempo durante el cual se forman los hábitos de un niño y los hábitos de vida familiar están abiertos a cambios y adaptaciones, la Organización Mundial de la Salud presentó un nuevo informe que recoge importante información, sobre el sedentarismo, las horas de sueño y de actividad que deberíamos implementar en la vida de los niños menores de cinco años, para formar buenos hábitos para el resto de su vida.
Según indica la OMS la actividad física se asocia también con un mejor desarrollo motor y cognitivo, salud psicológica, social y cardiometabólica en distintos estudios de intervención aleatorios y no aleatorios, con un mejor desarrollo motor condición física y salud ósea y esquelética en estudios observacionales.

Así mismo indica que hay una correlación inversa entre el tiempo que le niño pasa sentado frente a la pantalla y la adiposidad, desarrollo motor, cognitivo y social.
Recomendando que los pequeños no pasen más de una hora al día frente a la pantalla del televisor, ni más de una hora al día sentados en su cochecito. Y si debe estar sentado que se le pueda leer, platicar o cantar.
Sugiere la OMS por lo menos tres horas al día, no consecutivas, de actividad física, leve modera e intensa de acuerdo a la edad del niño. Logrando que este se coloque en distintas posiciones y desarrolle movimientos, solo o con ayuda, para todo su cuerpo. Y en la medida que sea mayor realice caminatas al aire libre.
Importante también son las horas de sueño que van desde 17 horas en los más pequeños hasta diez horas en niños de cinco años, incluyendo las siestas, una por la mañana y otra temprano por la tarde. Consejo ideal para todos, pero si no es posible, tratemos con nuestros hijos, en la búsqueda de una mejor salud física y mental.

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