Jorge Morales Toj

Maya K’iche’, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Abogado y Notario, con estudios de Maestría y Doctorado en Derecho Constitucional. Pacifista y Defensor de los Derechos Humanos.

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Jorge Morales Toj
jorgemoralestoj@gmail.com

Las elecciones generales deberían ser una oportunidad para avanzar en la lucha contra el racismo y la discriminación, sin embargo, las evidencias nos demuestran lo contrario. Los partidos políticos son instituciones de derecho público y por lo consiguiente deberían impulsar una agenda de inclusión y de participación en igualdad de condiciones para los pueblos indígenas, sin embargo, las estadísticas no son nada alentadoras.

Basta con analizar los listados nacionales para las diputaciones de los distintos partidos políticos. En las primeras y segundas casillas no existe representación de pueblos indígenas. El racismo y la discriminación es de todos los partidos, izquierdas y derechas juntas profundizan el racismo. Solo el partido Winaq y MLP han propuesto en primera casilla a mujeres indígenas.

La mayoría de partidos políticos pierden la oportunidad de contribuir a la construcción de la unidad en la diversidad. Las primeras casillas de listado nacional son reservadas para los financistas o los dueños del partido y por ello la composición histórica del Congreso de la República responde al racismo institucional.

Los partidos políticos de izquierda y derecha no comprenden que la participación de los pueblos indígenas fortalece sus estructuras partidarias y por lo consiguiente fortalecen la democracia. Los partidos políticos pierden la oportunidad de contribuir a la construcción de un Congreso de la República verdaderamente representativo y que exprese el carácter multiétnico y pluricultural del país.

Las proyecciones para el próximo Congreso de la República no tendrán mayores variables, se mantendrá la tendencia de los últimos 20 años, es decir, un 11% de representación de pueblos indígenas en un país habitado mayoritariamente por pueblos indígenas originarios.

En el ámbito de planes de gobierno, lo que han presentado públicamente los distintos partidos políticos no reflejan y no responden al carácter multiétnico y pluricultural de Guatemala. No existen propuestas referidas a la educación bilingüe intercultural; implementación integral del Convenio 169 de la OIT y abordaje especifico al Derecho de Consulta de Buena Fe hacia los pueblos indígenas.

La percepción es que los partidos políticos pretenden dejar bajo la alfombra los problemas estructurales del país, vinculados al derecho al acceso a la tierra, respeto a los bienes naturales, conflictividad agraria, pobreza, desnutrición infantil, racismo y discriminación.

En materia de agenda legislativa, no existen propuestas para abordar los temas de radios comunitarias, reformas a la ley de minería, reformas a la ley de hidrocarburos, reformas a la ley de electricidad, ley desarrollo rural integral, ley de acceso a lugares sagrados, código agrario entre otros.

Lo que sí vemos, es la instrumentalización de la pobreza por parte de los partidos políticos. La utilización folklórica y populista de la vestimenta de los pueblos indígenas para atraer votos. Vemos la utilización de niños, mujeres y ancianos indígenas quienes reciben abrazos desabridos de la clase política.

En Quiché, lanzamos un llamado a los candidatos a diputados, para que nos hicieran llegar su hoja de vida y sus propuestas para el departamento y nadie ha respondido. Así es como los candidatos y los partidos políticos demuestran su poco compromiso con la ciudadanía. La ciudadanía deberá tomar nota para el 16 de junio.

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