Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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La semana pasada la señora Sandra Torres, candidata a presidenta por el partido UNE, se quitó definitivamente la piel de oveja para retratarse exactamente como lo que es: una persona intolerante a cualquier tipo de crítica hacia ella y que está dispuesta a manipular como sea el sistema legal de Guatemala con tal de lograr sus fines.

Que no le quepa duda, estimado lector, estamos ante una candidata que, de llegar al poder, utilizará todos los medios a su alcance para silenciar a quienes la critiquen o estén en desacuerdo con su gestión, en una actitud propia de dictadores tropicales del color que prefiera usted, ya sea Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua o Juan Orlando Hernández en Honduras. Si hay algo que todos estos personajes tienen en común es la intolerancia a quienes los critican o están en desacuerdo con sus actos.

Recordemos que una de las primeras acciones que realizaron dichos dictadores, fue silenciar a la prensa y a sus opositores, de tal suerte que “su mensaje” pudiera ser llevado a la población sin ningún tipo de contrapeso o cuestionamiento, tratando de que dicho mensaje sea la única e indiscutida realidad para los habitantes de su país. De allí que mantener un estricto control de los medios de comunicación sea una tarea estratégica para cualquier dictadura.

Tampoco debemos confundirnos, entre los formadores de opinión de nuestro país hay quienes tienen especial gusto por los dictadores y los gobiernos dictatoriales, toda vez profesen la misma ideología que el formador de opinión o columnista. A esto le llamo ablepsia ideológica. Existen no pocos columnistas que consideran legítimos los gobiernos de Maduro y Ortega, llegando en algunos casos a la errónea conclusión de que la hiperinflación venezolana es causada por el “cerco económico que el imperio le ha impuesto a Venezuela”, demostrando su supina ignorancia en economía. De igual forma he leído a no menos columnistas que consideran legal y legítima la reelección de Juan Orlando Hernández, aun cuando existía una prohibición expresa según el artículo 239 de la Constitución del hermano país centroamericano. Estar de acuerdo con este tipo de gobernantes, sean de izquierda (Venezuela) o de derecha (Honduras) solo refleja el paupérrimo concepto que tienen estos formadores de opinión sobre lo que es y lo que representa una verdadera democracia.

En conclusión, lo único que podemos esperar de un gobierno presidido por Sandra Torres será censura por todos los medios que estén a su alcance, legales o no, para todas las opiniones que sean contrarias al régimen o que no gusten a quien se divorció de su marido para “casarse con Guatemala”, comprobando una vez más, como ya lo hizo cuando fue gobernante de facto de nuestro país, que es una persona que con tal de conseguir lo que quiere, retorcerá todas las leyes (como lo hizo ahora con la Ley de Femicidio) y callará a quien tenga que callar con tal de lograr sus objetivos. Se quitó la piel de oveja para mostrarse tal como es.

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