Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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“El guatemalteco es conservador”, alardeó hace unos días un candidato a la Presidencia, refiriéndose a su anuencia en que se apruebe la iniciativa de la ley 5272 “Ley para la protección de la vida y la familia”, mientras fanfarroneaba sobre su conservadurismo y calificaba su solvencia moral con un 8, en un rango de 1 a 10, reconociendo que tampoco podía otorgarse así mismo un 10 (así de contradictorio).

Referirse con orgullo a esa actitud conservadora es muy propio del guatemalteco “buen chapín”, cuya ideología y prácticas se caracterizan por ser racistas, machistas, clasistas, homofóbicas, lesbofóbicas, misóginas, militariodes, doble moralistas, hipócritas, mentirosas y extremadamente religiosas. “No importa que robe y que sea corrupto una vez crea en Dios”, esta es la idiosincrasia del “buen chapín”, que se somata el pecho en la Iglesia, pero cotidianamente discrimina, es indiferente, egoísta, individualista y extremadamente manipulable, que si en nombre de Dios le ofrecen el infierno lo recibe contento.

Esta identidad “chapina” que se ha venido forjando desde que fuimos invadidos y despojados por los colonizadores, busca mantener el control a través de la idea de nacionalismo, que en efecto se construye desde la desigualdad, las falsedades, los prejuicios, el moralismo, la segregación y el irrespeto. Es como una camisa de fuerza mental, que no nos permite comprender como este tipo de identidades son funcionales para mantenernos sosegadas, sosegados y mantener a los que nos oprimen en el poder.

Otra característica de ese conservadurismo es que atrofia la capacidad de reflexión y lógica, porque es evidente que en tiempos electoreros los concursantes (candidatos) potenciarán sus ofrecimientos a partir de las características del público al que se dirigen y al que quieren seducir, esto quiere decir que saben lo que una sociedad machista, misógina y religiosa quiere escuchar y lo que aprobaría. Todo esto con tal de votos.

Guatemala es un país violento, pobre y con iglesias de lujo. Cada día mueren mujeres de las peores maneras, con saña y odio. El mismo Estado ha permitido esas muertes terribles y ha sido partícipe de que se viole y mutile a mujeres y niñas. No es un país que proteja la vida de las personas y de ningún otro ser. Permite que quemen niñas y que destruyan sus bosques, selvas, encarcela a la gente que lucha por la vida. Deja que la gente muera de a pocos, sufriendo. Hasta hoy no hay justicia por todo esto, por el contrario, quieren a través de una ley (iniciativa 5272) condenar a las mujeres hasta con diez años de cárcel por un aborto (voluntario o involuntario). Esta es la doble moral de un país donde ha habido presidentes genocidas que al mismo tiempo eran ministros de iglesia.

Otro joven ha muerto intentando migrar a Estados Unidos, su nombre era Juan De León Gutiérrez y tenía 16 años, una familia más incompleta.

Han muerto y desaparecido a más de una decena de mujeres en las últimas semanas y ahora hay más familias incompletas.

¿Esto es proteger la vida y la familia?

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