Cartas del Lector

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Marco Trejo

El presidente de la República, Jimmy Morales, es la persona menos indicada para socavar la imagen institucional del Tribunal Supremo Electoral (TSE), porque es parte del engranaje gubernamental y el mandatario ha pasado los cuatro años gritando a los cuatro vientos el respeto a la institucionalidad del Estado. No entiendo que le pasa al ciudadano Morales, ahora está viendo micos aparejados hasta en las elecciones.

En la última semana el jefe del Ejecutivo se ha dedicado a inaugurar una serie de obras de infraestructura vial y en la mayoría de las veces ha hecho un llamado para que el máximo ente electoral se convierta en lo que era, un tribunal serio, porque en esta contienda electoral deja mucho que desear, lo cual no deja de afectar el accionar de este Tribunal.

Pero sus no muy acertadas declaraciones, como muchas que ha tenido en ese sentido, se vienen a dar, según palabras del señor Morales, porque el TSE no quiso inscribir a su hermano Sammy Morales, quien es acusado en un proceso judicial llamado Botín de la Propiedad, donde es procesado por fraude.

Es lamentable que el director de la orquesta hable mal de sus músicos, porque mina el trabajo de un organismo del Estado que se ha caracterizado en ocho procesos electorales de garantizar la transparencia de las elecciones generales y ha sido uno de los pocos entes que gozan de credibilidad y ahora está dejándose en tela de duda su trabajo, cuando los resultados son supervisados por miles de personas que trabajan en todo el proceso y especialmente por representantes de los Partidos Políticos.

El ardor del mandatario, para dar estas declaraciones es porque su hermano quedó fuera de la próxima contienda, por el simple hecho de que es señalado de haber participado en un acto de corrupción. Es cierto que no ha sido vencido en juicio, pero el simple hecho de que tiene un expediente judicial abierto, no le permite participar por carecer de idoneidad y además que también tiene una prohibición constitucional, ya que el Artículo 164 establece: “los parientes del Presidente de la República dentro del grado de consanguinidad o segundo de afinidad no pueden ser diputados”.

Esta actitud del Presidente de la República hizo que inmediatamente el magistrado presidente del TSE, Julio Solórzano, brincara con todo lo que tiene a su alcance y salió valientemente a decir que respetaba la investidura del señor Morales, pero que lo instaba a presentar las denuncias respectivas, si tiene algún tipo de evidencia que sustente sus irresponsables declaraciones en torno a las arremetidas que ha proferido contra el Tribunal electoral.

No es posible que el funcionario que tiene un mandato constitucional de velar por garantizar todo lo que haga el Estado, trate de minar en cualquier oportunidad que se le presenta, un trabajo que no es de hoy, que es de más de 30 años, tiempo en el cual ha demostrado tener la transparencia y capacidad para garantizar elecciones limpias.

Es totalmente irresponsable que el ciudadano Morales venga ahora, que le quedan menos de seis meses, para entregar el cargo, a tratar de deslegitimizar un evento tan importante para el país, en donde se va a cambiar Presidente y Vicepresidente de la República, diputados y alcaldes, que no han demostrado sudar la camisola, por una sociedad, que merece otro tipo de funcionarios que luchen por dejar un mejor futuro. ¡No sea irresponsable Presidente, piense con la cabeza y no con el hígado!

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