Cartas del Lector

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Edgar Villanueva
edgarvcolumna@gmail.com

Esta semana quisiera tomar una pausa de los artículos sobre las elecciones para hacer una reflexión. Esta puede ser integrada al proceso electoral, pues se trata de la importancia de promover un sentimiento unitario de identidad guatemalteca. Considero importante que no confundamos este sentimiento con el nacionalismo, pues al nacionalismo se le han agregado corrientes extremas que contaminan de cierta manera su origen.

¿A qué me refiero con un sentimiento unitario de identidad guatemalteca? Lo describo como aquel que tiene un ciudadano, que prima sobre cualquier identificación particular y que lo hace sentirse guatemalteco. Lo más cercano que tenemos a una población que evidencia dicho sentimiento son los mexicanos, pero también lo vemos en otros, como en los estadounidenses o los franceses.

En algunos casos, el sentimiento lo generan situaciones extremas que fuerzan a las sociedades a unirse en torno a un objetivo común, como pudo haber sido una guerra. En otros casos, como en el de los Estados Unidos, lo genera la diversidad migratoria de los colonos, quienes después de integrar un nuevo país, han logrado generar un sentimiento unitario. Asimismo, vemos otros casos relacionados con el éxito nacional, como generador de orgullo y de esa cercanía del ciudadano con su país.

Pero también hemos visto como desde el Estado se han motivado programas que ayudan a cohesionar a la población a animar esa identidad. En el caso mexicano, recuerdo el programa Solidaridad. Este constaba, además de acciones de tipo social, de spots publicitarios que enfatizaban que el mexicano era solidario y que resaltaban otros valores del pueblo mexicano.

La promoción de este tema no implica abandonar nuestra identidad originaria, y tampoco significa que la gestión del Estado esté enfocada en “uniformar” a aquellos que pudiéramos tener origen diverso. Significa hacer un esfuerzo para entender esa diversidad con el objetivo de encontrar el hilo conductor de los guatemaltecos para que todos “seamos uno”. Y también implica promover este hilo conductor. Pero ¿de qué sirve ser uno? ¿Para qué quiero sentirme guatemalteco?

Tengo una serie de argumentos, pero me limitaré a uno del contexto electoral. Actualmente nos dividen las elecciones, unos son amarillos, otros verdes y otros naranjas, etc. Unos son sociales demócratas, unos conservadores, otros no saben. Y así la contienda y las coyunturas tienden a dividirnos y la debilidad de ese sentimiento unitario nos enfrenta. Estar divididos y pensar diferente no es un problema, pero atacarnos sí porque fraccionamos y destruimos el tejido social que nos ayuda a unirnos en aquellos momentos que sean realmente difíciles.

¿Qué pasaría si hoy hubiera un terremoto devastador? ¿Nos echaríamos una mano? ¿Seríamos uno? ¿O continuaríamos divididos por los extremos sin unirnos para ayudar a quienes pudieran ser afectados? El sentimiento unitario sería un elemento fundamental para apoyarnos en momentos difíciles pues en el futuro cercano, las cosas se pondrán más difíciles antes que se pongan más fáciles. Debemos de recordar que todos somos guatemaltecos y que la mayoría queremos un mejor país para nuestros hijos.

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