Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

post author

Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com

La sociedad guatemalteca indudablemente es una sociedad profundamente polarizada, dividida por los enormes prejuicios que tenemos y por nuestra propia ignorancia que nos impide pensar y sobre todo intentar entender los puntos de vista de los demás. Sociedades más desarrolladas que la nuestra desde donde se mire, han sabido construir sobre sus diferencias (que las tienen) para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Ejemplos de estas sociedades abundan: los países escandinavos, Suiza, Australia, Nueva Zelandia, Canadá y los Estados Unidos, solo por mencionar algunos.

Aquí tenemos la costumbre de satanizar todo lo que no va con nuestra forma de pensar. Si una persona tiene sensibilidad social, es socialista o peor aún, comunista (como si el ser comunista fuera un insulto). Si uno es empresario, es un capitalista explotador que se enriquece en base al expolio de sus trabajadores. Si uno está en contra de la minería y las hidroeléctricas es un eco histérico y si uno está a favor entonces es un neoliberal expoliador. Puedo seguir enumerando ejemplos de estos prejuicios profundamente enquistados en nuestro pensamiento.

Además de tener prejuicios, solemos ser ignorantes. He escuchado a muchas personas autoproclamarse libertarios, pero no han leído jamás a Hayek o Mises, menos aún a Locke, Montesquieu o Hobbes. Creen que Friedman es libertario, cuando en realidad es monetarista. Hablan de la “mano invisible”, pero no entienden qué es la ley de oferta y demanda y cómo funciona la misma en un sistema económico, qué es la elasticidad precio de la demanda y de la oferta, cómo se determinan y su importancia en la economía. Por supuesto también están quienes se autodenominan socialistas, pero no saben qué es el sistema económico socialista y su diferencia con el sistema comunista. De igual forma, no han leído a Marx o a Engels y tampoco entienden cómo funciona un sistema económico intervenido y cuáles son sus principales falencias. Muchos hablan de que son de derecha o de izquierda, sin saber exactamente cómo se definen en el espectro político; creen que en los Estados Unidos los demócratas son izquierdistas o socialistas, cuando en realidad ambos partidos políticos, tanto el demócrata como el republicano, son muy amplios en su espectro, tienen a personas de derecha y de izquierda en sus filas y tienen distintas facciones dentro de los mismos partidos (desde ultraconservadores hasta los muy liberales), obviamente no todos piensan igual dentro del mismo partido y allí radica la riqueza de los mismos. Pero lo que es cierto es que ambos partidos políticos son de derecha, el republicano un poco más que el demócrata.

Y pienso en todo esto cuando estamos a escasos días que comience la contienda electoral, la cual se antoja vacía de propuestas y de contenido, así como llena de campañas negras y descalificaciones entre los aspirantes a las distintas plazas, tal como han sido todas las campañas desde 1986. Seguiremos enfrentados por nuestros prejuicios y estancados por nuestra ignorancia, mientras nuestra Guatemala se hunde.

Artículo anteriorEl problema del voto nulo
Artículo siguienteCitas para pensar