Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos
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La oferta política que de momento se va perfilando tiene muy poco de novedoso en cuanto a sus personajes, de su propuesta no podemos hablar todavía porque no pueden aún pronunciarse. La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, la independencia de la Corte de Constitucionalidad y el respeto a sus fallos, la autonomía de jueces y magistrados, el papel del Ministerio Público en la lucha contra la corrupción, la relación con Naciones Unidas y las reformas a la Ley de Reconciliación Nacional son algunos de los temas de los cuales será importante conocer sus posiciones y propuestas.

El listado es mucho más grande, sin embargo, el próximo gobierno tendrá como tarea prioritaria resolver la delicada situación en la que el funcionariado del actual Ejecutivo y Legislativo han puesto al país. El momento es crítico, no solo para Guatemala sino para la región centroamericana y los países del sur. Quien quiera hacerse con el poder político a través de las urnas debe tener claro que le tocará resolver la situación nacional en medio de presiones internacionales venidas de todos lados, pero especialmente del gobierno de Trump.

Lo anterior significa que además de apaciguar las aguas al interior del país y no dejar que la permanente crisis de gobernabilidad en la que vivimos se torne grave, deberán los nuevos gobernantes lidiar con los reclamos de la seguridad en el Triángulo Norte, la migración y el control del narcotráfico. Párrafo aparte requiere el avance de la ultraderecha en Latinoamérica y como emulan el histrionismo venido desde la Casa Blanca; Bolsonaro, Macri, Piñera, Duque, Juan Orlando Hernández, Jimmy Morales entre otros, quienes hacen del continente un lugar propicio para que florezcan ideas ultraconservadoras y se ataque a Venezuela y su revolución, a Daniel Ortega en Nicaragua (pero en realidad al Sandinismo), a Bolivia y por supuesto a Cuba. México con Manuel López Obrador todavía no es defenestrado por el vecino del norte, pero habrá que esperar cómo AMLO ejecuta su mandato, si se mantiene fiel a sus postulados, será un nuevo foco a combatir.

Preocupa sobremanera que en el norte hay otro igual que Jimmy, pero ese sí tiene poder, capacidad de coerción económica y militar, y Latinoamérica se está volviendo un terreno donde cada vez más es necesario poner orden según la política exterior gringa. Que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reúna no preocupa tanto como las decisiones unilaterales de Estados Unidos. Como si estuviéramos en la época de la Guerra Fría, solo Putin puede contener a los Yankees desde el Kremlin.

Así las cosas, la calentura que tienen los partidos conservadores y las élites en Guatemala por las elecciones, tiene que ver con esa ola de la derecha ultraconservadora en Latinoamérica, de la cual no quieren perder su empuje y repiten hasta el cansancio su discurso contra la izquierda y según ellos están a favor de la familia, la vida y la libertad. Ojalá que el Movimiento para la Liberación de los Pueblos en Guatemala sea eso, un movimiento, que logré aguantar la embestida del momento electoral, permanezca y crezca, porque el camino que se viene será largo.

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