Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Las declaraciones, de ayer, de Sandra Jovel en torno a la carta que el Departamento de Estado le mandó a Eliot Engel me dejaron con la boca abierta porque demuestra que a nuestra Canciller le está faltando amor propio por dejarse poner en esa posición tan nefasta y porque la están haciendo pasar a la historia de muy mala manera; hay quienes dicen que está comprometida con la causa de impunidad por voluntad propia, pero sea como sea, se empecina en querernos ver la cara y en pintarse ella sola.

Es un fiel reflejo de nuestro Presidente puesto que, sumido en su incapacidad de gobernar y reconocer, optó por fijar como máxima prioridad regresar a Guatemala a los tiempos previos a abril de 2015, y hay quienes han decidido prestarse de manera integral, y en eso Jovel y Enrique Degenhart lideran.

Poco importan los niños desnutridos, las carencias en los hospitales y centros primarios de salud, las malas notas de nuestros niños, la cooptación del Sistema de Justicia, el poco crecimiento económico, que nuestro principal producto de exportación sea la gente, que no seamos atractivos para captar más inversión, los vicios en el sistema de ejecución y rendición de cuentas, los problemas en el servicio civil, los vicios electorales y un largo etcétera.

Y lo mismo está pasando con la gente de CACIF. Me consta que lograr consensos para elegir al Presidente de esa institución no fue fácil y que llevaron a Marco Augusto García Noriega por su experiencia porque según decían “necesitaban un capitán experimentado”, y le ha tocado ir mostrando una cara que quedará para siempre en la historia del país.

Hace semana y media salieron a decir que era necesario reformar la justicia, pero más pareciera que ven necesidad de reformas sí y solo sí no logran ponerle candado a la CICIG. No es secreto que hay un pacto no escrito entre la cúpula (que da la cara por los verdaderos mandamases) y el presidente Morales, consistente en que le apoyan en sus esfuerzos, pero sin dar tanto la cara porque les aterra perder la visa y la lista que el Departamento de Estado saca en febrero.

Sin dar la cara fue que negociaron con el Pacto de Corruptos las reformas al financiamiento electoral (acto cívico según algunos de ellos) y se han dado a la tarea de sacar la cara para algunas cosas, pero no están cuidando las formas. Salen a demandar independencia para los (o sus), jueces pero presionan a los fiscales que no les gustan.

Sale la carta del Departamento de Estado (la que Jovel comentó ayer) y en lugar de decir que no esperaban que Estados Unidos incentivara una CICIG -con reformas que ya operan- y con capacidad de seguir presentando casos, dicen que es interesante el modelo que proponen (por eso digo, ya opera con ese modelo e igual no les gustó) y dicen que lo de la transferencia de capacidades lo pidieron ellos, pero sin duda alguna no se han tomado la molestia ni de leer el mandato pues eso así se concibió desde su creación.

Para ellos transferir capacidades es matar la operatividad de la CICIG (y aunque no lo crea en eso tienen algunos aliados que usted ni se imaginaría) y ese es su principal punto de acuerdo con un Gobierno, al que, al fin y al cabo, ayudaron a elegir con su financiamiento “cívico” como dicen.

No es por casualidad que no tengamos los debates que pueden y deben transformar el país. Lastimosamente, no les interesa una Guatemala sin ataduras eternas de impunidad y ese es su principal punto de acuerdo.

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