Víctor Ferrigno F.
El próximo sábado, 1º de diciembre, tomará posesión como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Manuel Andrés López Obrador (AMLO), electo por 30 millones de mexicanos, después del tercer intento, demostrando que, en política, el que persevera gana.
López Obrador es un político antisistema, que se ha empeñado en cambiar la matriz política de México, corrupta y antidemocrática, proponiendo la Cuarta Transformación del país, que será pacífica pero radical, refiriéndose a que será de raíz, profunda e integral.
La Primera Transformación, sostiene, se dio con la Independencia. La Segunda con el Movimiento de Reforma, que dio origen a las «Leyes de Reforma», destacando la separación de la Iglesia y el Estado, con Benito Juárez a la cabeza, el personaje que más admira AMLO. La Tercera Transformación se dio con la Revolución Mexicana (1910-1917), que promulgó la Constitución que rige actualmente en México.
López Obrador ganó abrumadoramente las elecciones presidenciales y obtuvo mayoría en el Congreso y en el Senado, proponiendo una refundación del Estado mexicano. Para ello, sostiene, es necesario cambiar la conciencia de la ciudadanía y organizarla, para que esa voluntad colectiva se convierta en una fuerza transformadora imparable, que “erradique a la mafia del poder”.
Propone establecer un Estado de Derecho efectivo, sin impunidad ni privilegios: “al margen de la ley, nada; encima de la ley, nadie”, preconiza Andrés Manuel. Aboga por una democracia auténtica, consultando a la ciudadanía, transparentando toda la información pública, haciendo efectivo el voto ciudadano en el país, los Estados y los Municipios. Se propone reformar la Constitución, para que a medio período el Presidente tenga que revalidar su mandato, mediante un referendo.
Su cruzada contra la corrupción se anuncia implacable y asegura que, sin elevar impuestos, mediante la austeridad, el ahorro y la racionalidad del gasto público, obtendrá los fondos necesarios para sus políticas sociales. Se redujo el sueldo en un 40%, y anuló pensiones y canonjías a los expresidentes.
Se estima que 170 mil personas han muerto o desaparecido por incidentes relacionados con el crimen organizado desde 2006, y la guerra contra el narco fracasó. Por ello, en cuanto a la seguridad pública, AMLO propone decenas de medidas de prevención y desarrollo, así como la constitución de una Guardia Nacional con elementos militares, para lo cual se deberá reformar la Constitución, y celebrarse un referendo popular.
En materia social, duplicará las pensiones a los ciudadanos de la tercera edad; mejorará la calidad y la cobertura educativa, se fundarán cien universidades públicas, y todos los estudiantes pobres serán becados, desde párvulos a la universidad. Mejorará la atención de salud, y darán medicina gratuita; 2.6 millones de jóvenes, que ni trabajan ni estudian, serán becados y adiestrados para ganarse la vida.
AMLO presentó a la nación su política de soberanía energética, y la logró incluir en la reciente renegociación del TLC con EE. UU. y Canadá. Incluye el rescate de Pemex.
López Obrador ya anunció su política de no intervención y respeto a la soberanía de las naciones, e impulsará “cortinas de desarrollo” en el sur-este, para que las y los mexicanos pobres no se vean forzados a migrar, y dará protección y trabajo a los migrantes centroamericanos.
La coalición política que le llevó al poder se denomina «Juntos Haremos Historia»; esperamos que así sea.