Roberto Arias
Vimos cómo Jehová, el Dios de los cristianos, emitió sus leyes para que diezmaran a la tribu de los levitas, dentro de la cual estaban los sacerdotes que servían en la Tienda de Reunión o el Templo, porque Dios no les dio tierra propia como herencia. Les dio como herencia todos los diezmos que diera el pueblo de Israel y, los levitas que no eran sacerdotes, a su vez, daban un diezmo de todo lo que habían recibido al sacerdocio aarónico para su sostén. Núm. 18:25-29.
La congregación cristiana que compone el “Israel de Dios,” o la nación de israelitas espirituales, difiere del Israel natural. (Gál. 6:16).
Gálatas 6:15: “En realidad, no importa si uno está o no circuncidado. Lo que sí importa es ser una persona distinta. 16: Que Dios dé su paz a los que viven así, y que muestre también su bondad a los que son suyos”.
Estas congregaciones no tienen una clase sacerdotal especial ni un cuerpo de trabajadores del santuario que no puedan poseer tierra o que de otro modo se vean impedidos de usar sus manos a cabalidad para atender a sus propias necesidades materiales. Todos los miembros del Israel espiritual son un “sacerdocio santo”. (1 Ped. 2:5) Por lo tanto el apoyo material que Jehová Dios bosquejó para el Israel natural no es necesario.
Mientras tanto, las parroquias de la Iglesia Anglicana se mantienen por medio del “cobro de diezmos de la renta”. Los diezmos sostienen la Iglesia Católica Romana de Quebec, Canadá. Miembros de otras confesiones se creen bíblicamente obligados a contribuir la décima parte de sus ingresos a su iglesia, y están totalmente equivocados. No es bíblico.
Hay dirigentes religiosos que hacen una apelación absurda a sus congregaciones. Es una apelación Ad Pópulum y es sobre La ofrenda de la viuda pobre contada por Jesús, el Hijo del Altísimo, según la Biblia:
Lucas 21: “1 Jesús estaba en el templo, y vio cómo algunos ricos ponían dinero en las cajas de las ofrendas. 2 También vio a una viuda que echó dos moneditas de muy poco valor. 3 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos. 4 Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir”.
Debe notar el estimable lector que Jesús dijo claramente: Ofrenda. No mencionó diezmo. Jesús jamás hizo referencia a diezmos que sus seguidores (la iglesia cristiana primitiva) debían pagar.
El pacto de la Ley, con sus mandamientos en cuanto a pagar diezmos, fue abolido sobre la base de la muerte de Jesús en la cruz. De esto, el inspirado apóstol Pablo escribió: “La ley escrita estaba en contra de nosotros, pero Dios le puso fin por medio de la muerte de Cristo en la cruz”. (Col. 2:14).
Por lo tanto, el mandamiento de pagar diezmos que se dio a los israelitas no puede usarse para probar que Dios requiere esto de los cristianos.
Exigir diezmos a feligreses de cualquier iglesia podría calificarse de estafa. Escuché, en video, a un muy conocido pastor que dijo: A la iglesia se va con la Biblia bajo el brazo y la chequera entre la bolsa…