Raul Molina Mejía

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Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

Como ocurre ritualmente cada cuatro años por estas fechas, se hacen ya los preparativos del proceso de elecciones, bajo pésimas condiciones. El centroizquierda se ve obligado a participar, por respeto al “sistema democrático”, pese a que vivimos la “Dictadura de la Corrupción”. Lo que deberíamos hacer es desmantelar el sistema de partidos políticos, redefinir el sistema electoral y solamente entonces, con un terreno de juego equilibrado, se abriría una legítima elección democrática. Todavía proponemos eso, lo cual sería posible si expulsáramos a los delincuentes y corruptos más connotados; a eso contribuimos con todos nuestros esfuerzos nacionales e internacionales. Paralelamente, el centroizquierda y la derecha democrática, es decir, no corrupta, tienen que hacer preparativos para participar. Ya la derecha corrupta empieza a tirar sus globitos, como Zury (participación inconstitucional), Giammattei, Alejos y Arzú Jr. no hacen mucho en público, dedicándose a juntar dinero y comprar ya los espacios publicitarios. Se reproducen las lacras del pasado.

¿Qué es la izquierda en Guatemala? Se integra con todas las personas que se identifican en sus propuestas y acciones con los sectores más marginados y discriminados del país; no aceptan que la riqueza del país se destine a un mínimo porcentaje de la población, por lo que promueven la justicia social. Son diversas las organizaciones de izquierda, porque la perspectiva de los cambios es distinta para los social-cristianos, los social-demócratas y los sectores revolucionarios, entre los cuales están los comunistas, los socialistas y otros. La izquierda es débil, organizativamente, está multifraccionada y ha perdido mucha gente a manos de mecanismos de cooptación de la derecha (no ha habido gobierno desde 1986 que no haya incluido ex “izquierdistas”). Para colmo, sus organizaciones insisten en mantenerse separadas, algunas por miopía y otras por rivalidades pasadas y caudillismos. El centro suele ser muy vacilante, por lo que a veces se inclina por la derecha y otras por la izquierda, a la cual teme por su capacidad de movilización. La derecha democrática la definiríamos como los empresarios y grupos conservadores que suelen apoyar o financiar partidos de derecha y que ahora se han dado cuenta de que han corrompido el sistema. El Pacto de Corruptos y la dirigencia de las fuerzas armadas se les han salido de control, ya que los fondos de estos provienen ahora del crimen organizado y de empresarios corruptos. Plantean una salida democrática a la crisis guatemalteca. Con este sector de la sociedad debe producirse una negociación, para la cual el centroizquierda debería ser un bloque sólido. Preocupa ver que tiene hoy cuatro corrientes distintas, parecidas en sus planteamientos para el país; pero poco dispuestas a hacer alianzas entre sí. Es indiscutible que, de participar las cuatro por separado, entregarán los Poderes Ejecutivo y Legislativo al Pacto de Corruptos. En próximos artículos sugeriré la manera de lograr un proyecto integral y único; el primer paso, inmediato e indispensable, es el respeto mutuo y el diálogo.

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