Jorge Morales Toj
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La caravana de migrantes de los hermanos de Honduras y salvadoreños que van hacia los Estados Unidos no es, ni será, una simple caravana, es el éxodo de nuestros hermanos de Honduras y El Salvador aunado a cientos de guatemaltecos que buscan el sueño americano.
Todos los migrantes en medio de la pobreza y condiciones de extrema pobreza buscan mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. La crisis no es solo de hondureños y salvadoreños; la crisis es también de los guatemaltecos, por ello, más de tres millones de guatemaltecos se encuentran radicados en los Estados Unidos y en medio de condiciones adversas trabajan y mantienen la economía de nuestro país.
Algunas estimaciones del Banco de Guatemala establecen que en 2017 nuestros hermanos enviaron 8 mil 192.21 millones de dólares. El cincuenta por ciento va al área rural y el otro cincuenta va a las ciudades. Nuestra economía depende del hermano migrante ya que lo que recibe Guatemala en cuestión de remesas es equivalente al 70% de los ingresos por exportaciones.
¿Qué pasaría si las remesas dejaran de venir a Guatemala? Seguramente se cae la economía y las condiciones de pobreza serían mucho más dramáticas debido a que la mayoría de comunidades rurales de Guatemala dependen económicamente del esfuerzo y del trabajo que miles de connacionales realizan en algún rincón de la patria americana.
En medio de toda esta crisis humanitaria de los migrantes causada por los gobiernos corruptos de Centroamérica, el Pacto de Corruptos en Guatemala sigue avanzando en su afán de destruir los avances de la lucha contra la corrupción. Han aprobado algunas reformas en el ámbito legislativo que pretende dar una amnistía al financiamiento electoral ilícito, el día 30 de octubre los impresentables diputados del Congreso presentaron una iniciativa de ley que pretende reformar el Código Penal, con el objetivo de limitar la libertad de expresión de los ciudadanos y los medios de comunicación.
Debido a la crisis política provocada por el gobierno, las condiciones de pobreza, desempleo, conflictividad, hambre y miseria siguen creciendo. En el campo los efectos de la sequía están llevando a nuestros conciudadanos a ser parte del éxodo hacia los Estados Unidos, cientos de guatemaltecos van en busca del sueño americano y se han sumado a la caravana hondureña.
El éxodo silencioso de los guatemaltecos está a la vista, más de tres millones de conciudadanos están rajándose el hombro, trabajando en tierras ajenas a su patria y con su esfuerzo mantienen la economía del país. Solo un aproximado de 300 mil guatemaltecos tienen status legal en los Estados Unidos y el resto siguen bajo las sombras de la migra.
En medio de tanta angustia y dolor, la hermandad y solidaridad de los y las guatemaltecas y mexicanos es invaluable, hemos visto despliegues de amor y solidaridad incuestionables en favor de los hermanos, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos.
La solidaridad no tiene fronteras, en Guatemala y México siempre habrá una mano hermana en favor de los migrantes.
