Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Al Gobierno le valen “reata” los verdaderos problemas de este país. Que Guatemala tenga su Caravana Invisible de más de 2 millones a lo largo de los años, que más del 60% de nuestra gente viva en condiciones de pobreza, que al menos el 47% de nuestros niños estén desnutridos, que el acceso a la educación y a la salud sean un privilegio y la seguridad un lujo, es algo que no le quita el sueño a Jimmy Morales y su pandilla.

El Gobierno ha reducido su agenda a una cosa: librar de persecución penal al Presidente, sus financistas y cuanta gente esté dispuesta a operar bajo las reglas de este sistema, y así hay que entender lo que aprobó la semana pasada el Congreso (aprovechando el feriado) y de igual manera debemos entender el transfuguismo que buscan aprobar el miércoles (aprovechando otra vez un feriado, esta vez el del 1º de noviembre).

Los operadores del Pacto de Corruptos, que lideran los órganos del Estado (salvo algunas gratas excepciones en los tres poderes) más el apoyo de particulares que “piensan como antes”, según explican sus allegados, están convencidos de que el presente, la próxima elección y el futuro del país debe centrarse únicamente en detener los avances de la justicia y poder regresar a la forma en la que se hacían las cosas en el pasado y por eso han jurado escabecharse a la CICIG.

El Gobierno miente y lo hace de manera descarada. Dice mentiras en torno a lo que han quedado con la ONU, a lo que dice el acuerdo y a lo que se estableció de la CICIG reformada; comete ilegalidades desoyendo a la Corte de Constitucionalidad (CC), incumple al acuerdo, desea expulsar de facto a investigadores (que no necesitan visa según el acuerdo) y llaman la atención quienes, diciendo que son legalistas y abriendo todos sus discursos e intervenciones con reseñas de su pasado de ley, se hagan los locos, volteen la vista a otro lado y se mantengan en modo vigilante ante las ofensivas del Pacto de Corruptos que, hasta de manera extraña, dicen no conocer.

Morales y su pandilla han decidido reducir los problemas de Guatemala a sus conflictos con la ley porque decidieron operar bajo las reglas del pasado y no tuvieron la hidalguía de dar la cara y resolver las cosas de frente, y desean que todo el país también se trague la paja de que la raíz de nuestro problema se reduce a las penas de tanto preocupado.

Por eso es que están coqueteando con quienes les ofrecen el oro y el moro y buena prueba de que se están empezando a poner de acuerdo nos la da la UNE que ha empezado a entregar sus votos y no sería raro que sigan coqueteando con Sandra Torres y los líderes de los partidos que han dado sus votos para la agenda que les interesa.

Todo esto pasa ante la mirada pasivamente vigilante de quienes estamos llamados a ejercer un mejor papel y ahí todos, desde la Fiscal General hasta nosotros en la ciudadanía, debemos vernos para adentro para entender que nuestra pasividad le abre la puerta a quienes necesitan regresar el pasado para tener su futuro.

El Gobierno no puede pretender resolver nuestros problemas con su agenda pro impunidad y los guatemaltecos no podemos pretender que los poderes del mal lo entiendan siendo sólo vigilantes y refunfuñando en redes sociales.

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