Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

post author

Jorge Santos

Una de las canciones de Silvio Rodríguez llamada Canción en Harapos, cuestiona los privilegios de las capas medias y élite económica frente a un modelo empobrecedor y explotador. Luego de ver el domingo las primeras imágenes de una caravana de hermanos y hermanas hondureños saliendo de San Pedro Sula, con la firme convicción de llegar a Estados Unidos de Norteamérica y huir de la violencia, explotación, inequidad y pobreza, me vino a la mente estrofas que decían “Viva el harapo señor; y la mesa sin mantel, viva el que huela a callejuela a palabrota y taller. Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir, la caravana en harapos de todos los pobres” y es que me parece que o transformamos nuestra realidad o estas imágenes serán cada vez más cotidianas.

Para los países que formamos el istmo centroamericano no resulta extraña la migración, así como también lo es para buena parte de los países, ya que este fenómeno en realidad hace lo que hoy son los pueblos con sus complejidades y virtudes. Sin embargo, nadie puede dudar que frente a crisis económica, social y/o política la migración es un fenómeno extendido. Así como cuando países de una Europa empobrecida y afectada por enfermedades, dieron vida a amplios movimientos migratorios hacia el Continente americano, en busca de tierras, empleo e ingresos.

Si bien la migración en condiciones indignas es algo frecuente para miles de personas de la región centroamericana, la Caravana de los Migrantes nos coloca de frente al drama de migrar producto de la pobreza y de la violencia. Esta Caravana y sus miles de migrantes no es más que el resultado de la deuda histórica que diferentes gobiernos de turno en Honduras tienen con sus Pueblos. Esta Caravana no es más que el resultado del golpe de Estado dado en 2009 contra el presidente Manuel Zelaya con la autorización y complicidad del gobierno norteamericano, no es más que el resultado del fraude perpetrado por Juan Orlando Hernández para entronizarse en el poder y garantizar así el modelo de los ricos en ese país, no es más que la complicidad de la comunidad internacional con el fraude, la corrupción y la violencia.

Esta caravana que debe ser atendida por el Gobierno de Guatemala, dadas sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y no reprimida, será el fiel espejo donde vernos como sociedad, ya que a esta se sumarán también ciudadanos guatemaltecos, que también huirán de la desfachatez, corrupción e impunidad del gobierno de Jimmy Morales, huirán de la pobreza, el racismo, la inequidad y los privilegios históricos. Las causas que originaron esta y las subsiguientes migraciones tienen nombre y apellido de los grupos corporativos familiares más grande de nuestros países, llevan por nombre el despojo histórico. A los Pueblos nos corresponde ser solidarios y apoyar a estos hermanos centroamericanos que más tarde que temprano derrotaremos a los pequeños grupos responsables de tanto dolor, violencia, pobreza y hambre en nuestros países.

Artículo anteriorEl 20 de Octubre como nuevo hito histórico
Artículo siguienteLa búsqueda de la felicidad ya no es la meta