Cartas del Lector

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Marco Tulio Trejo Paiz

Para mí que el transporte colectivo urbano va a mejorar en un ciento por ciento con la implementación del ramal del Transmetro en el Anillo Periférico desde la zona 2 hasta la zona 12, porque el actual servicio que se utiliza a diario no llega ni siquiera a llamarse servicio, es un calvario que afrontan muchas personas que usan el servicio colectivo de pasajeros.

Recientemente la Municipalidad capitalina anunció que trabaja en la denominada Línea 7, la cual tendrá un recorrido de la Universidad Mariano Gálvez hacia la Universidad de San Carlos de Guatemala y viceversa, con un recorrido de más de 12.3 kilómetros, que mejorará el transporte colectivo con aproximadamente treinta unidades que llevarán cada una alrededor de 160 pasajeros por viaje.

Las estaciones estarán ubicadas en El Zapote, La Bethania, Peri Roosevelt, Villa Linda, San Jorge, Cejusa y la Universidad de San Carlos, las cuales serán dotadas de rampas de ingreso y su estructura será de vidrios contra el calor, conexiones de internet inalámbrico y por supuesto que contarán con patrullajes de la Policía Municipal, quienes velarán por la seguridad de los pasajeros de los buses articulados conocidos como Gusanos.

La obra es millonaria, cada estación tiene una inversión grande, dinero que proviene de nuestros impuestos por lo que debemos de proteger este tipo de proyectos, y más que todo que cada unidad articulada tiene un costo de Q600 mil que son pagados mensualmente a la empresa brasileña Marco Polo, unos US$6 mil dólares.

Al viajar uno a otros países, los amigos cuando le preguntan a uno de dónde proviene y uno les dice de Guatemala, muchos que conocen nuestro suelo patrio, exaltan proyectos como los del Transmetro, especialmente si son de países centroamericanos, donde el servicio de pasajeros es tan malo o peor del que actualmente tenemos.

Tengo amistades de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, incluso Panamá que añoran tener las autoridades municipales que tenemos en la tierra del Quetzal, siempre andan suspirando por este tipo de proyectos que asombran cada día a propios y extraños, esa gente que valora el trabajo de corporaciones ediles que tienen visión futurista.

Muchos amigos del vecino país de la “Pupusa” con queso y chicharrón, por cierto una comida muy sabrosa, nos preguntan qué pueden hacer ellos para poder llevar este tipo de proyectos sociales que benefician a miles o millones de personas que ahora tienen servicios eficientes y seguros para dirigirse a sus labores cotidianas, personales o laborales, que permiten una movilización masiva de usuarios de un transporte colectivo de alta calidad. Nosotros siempre les decimos que este tipo de trabajos fueron por la visión del extinto alcalde, Álvaro Arzú Irigoyen, que se nos adelantó hace algunos meses a la vida eterna.

Este funcionario que pasó por la alcaldía capitalina en varias ocasiones y después fue Presidente de la República, ministro de Estado y director del Instituto Nacional Guatemalteco de Turismo (Inguat), seguirá levantando pasiones por la forma de gobernar, pero que sin lugar a dudas, estamos cosechando de este tipo de proyectos, que solamente los funcionarios de trabajo y corazón pueden dejar como legado a un conglomerado social y será recordado por eso y muchas cosas más.

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