Cartas del Lector

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Edgar Villanueva
edgarvcoluma@gmail.com

Ayer, los Presidentes del Triángulo Norte de Centroamérica, se reunieron con el Vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence y con el Secretario de Asuntos Exteriores de México, Luis Videgaray en la primera sesión de la Conferencia de Seguridad y Prosperidad en el Triángulo Norte de Centroamérica. En dicha sesión, el vicepresidente Pence, solicitó a los tres Presidentes redoblar esfuerzos para fortalecer el control fronterizo y para reducir la migración irregular.

Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, el número de familias aprehendidas en la frontera de México con Estados Unidos, subió de 23 mil 067 en 2016 (la cifra más baja proporcionalmente a la población después de México) a 42 mil 757 en 2018 (la cifra más alta de todos los países del Triángulo y México). El incremento fue de casi 54% para Guatemala, una cifra que, en mi opinión, genera una nueva crisis migratoria.

¿Y por qué digo crisis migratoria? Porque cuando el flujo de gente que prefiere arriesgar su vida y su integridad física a permanecer en un lugar asciende al doble en menos de dos años (el 2018 no ha terminado… por lo que la cifra de 42 mil 757 no es la final), existe un factor de expulsión masiva que hay que atender de manera inmediata para que no se vuelva incontrolable. Para mí, el manejo de una situación que se puede volver incontrolable, debería de ser calificado de crisis, y mientras más rápido la identifiquemos, más rápido podremos atenderla.

Por otro lado, resulta curioso que en el contexto de la Conferencia de Seguridad y Prosperidad, vemos nuevamente a la par dos términos que tienen una correlación relativa: migración y seguridad fronteriza. Después de ver diversas declaraciones de la reunión, queda claro que fortalecer el control fronterizo y reducir la migración ilegal son dos elementos que de una u otra manera van de la mano. Espero que del día de hoy, tengamos noticias que también entrelacen, generar oportunidades laborales sostenibles y reducir la migración ilegal, pues considero que son dos términos con un mayor grado de correlación y con mayor grado de efectividad.

Podemos blindar la frontera, pero sin oportunidades, nuestra gente seguirá migrando en números similares. Esta semana obtuve un escenario estadístico relacionado con la conflictividad generada alrededor del robo de energía eléctrica que proyecta que ya hemos perdido 600 mil empleos a causa de dicha situación y que el Gobierno ha dejado de percibir aproximadamente US$410 millones en impuestos. Asimismo, ayer me contaban que va llegando al centenar (10% de la gente despedida), el número de gente plenamente identificada que recientemente ha migrado a los Estados Unidos a causa de la innecesariamente larga suspensión de un proyecto extractivo.

No hay posibilidad de detener la migración con estos números. Sin empleos, no habrá tanque, muro o soldado que detenga a aquellos que solamente están buscando alimentar a sus familias y procurarles un futuro mejor. Lo mismo que hacemos todos al salir de nuestras casas hacia la comodidad de nuestras oficinas.

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