Jorge Raymundo
Recientemente en una actitud complaciente, tolerante e intervencionista, el señor Pompeo, secretario de Estado de los Estados Unidos se tomó la libertad para decir que ellos proponían la continuidad de una CICIG modificada. Modificada en qué sentido y bajo qué términos y quiénes intervendrían para dicha modificación. Que yo recuerde los Estados Unidos no intervinieron para elaborar y proponer las características, funciones y límites de la CICIG actual. Que yo recuerde la CICIG es obra y creación de guatemaltecos que interpretando el espíritu de los Acuerdos de Paz y para el florecimiento del respeto a los derechos humanos, se crea la Comisión para investigar y coadyuvar con el ente investigador nacional, a desmantelar los cuerpos ilegales de seguridad que en tiempo de la guerra era el pan nuestro de cada día y estaban totalmente incrustados en todas las instituciones estatales para controlar y perseguir a los potenciales “enemigos” del status quo. Y utilizaban distintas estrategias de infiltración como los que recientemente hemos visto que están queriendo resucitar los que actualmente controlan los aparatos de seguridad en el gobierno.
La CICIG en buena parte es obra de la sociedad en general y no de gobierno en particular alguno y menos alguno que no tiene la solvencia moral para participar en una eventual modificación del carácter de una CICIG a la medida de sus intereses.
El actual gobierno ya dijo que no quería más CICIG a partir del 2019, por lo que mal haría sentarse a diseñar una nueva CICIG porque en tal caso, haría todo lo posible para que sea una CICIG a su medida. Ya hemos sido testigos de lo que es capaz este gobierno para descomponer todo lo bueno que puede tener un ente como la CICIG actual. Podemos estar seguros que hará todo lo posible por modificar la actual entidad en algo proclive a sus intereses y una CICIG pro impunidad pro corrupción, que es en lo que está empeñado este gobierno. Simplemente no tiene la calidad moral para hacerlo y si lo hace ya sabemos los resultados.
Pero volviendo a la propuesta del señor Pompeo, siendo la CICIG una creación, una inspiración de la sociedad guatemalteca, para superar ese flagelo llamada corrupción e impunidad, no veo que tengan que intervenir para hacer dicha modificación. ¿Qué dicen los que andan gritando a los cuatro vientos sobre soberanía y se rasgan las vestiduras cada vez que ciudadanos de otros países proponen algo semejante para nuestra “democracia”? Ciertamente hoy por hoy los USA ponen una buena parte de los recursos financieros para sostener dicha Comisión, por lo tanto a lo mejor se aplica aquello “no hay almuerzo gratis” o “quien paga la música tiene derecho a pedir las piezas musicales que desee y los demás la bailan según lo que pida el que paga.
Por lo tanto, haría bien la llamada sociedad civil, las organizaciones sociales que quieren continuar la lucha contra la impunidad y la corrupción, estar vigilantes y no dejar que personajes de este gobierno participen en una eventual modificación del ente internacional.