Ayer el pleno de la Corte Suprema de Justicia dio trámite a los dos antejuicios planteados en contra del presidente de la República, Jimmy Morales, y la diputada Nineth Montenegro, y ahora tocará al Congreso conformar con sus diputados una comisión pesquisidora que conozca el caso del mandatario y recomiende si ha lugar o no a la formación de causa, y a un juez pesquisidor analizar todo lo relacionado con la diputada. Ambos comparecen en su calidad de Secretarios Generales de sus respectivos partidos políticos.

Aparentemente, y de lo poco que se conoce del contenido de los respectivos expedientes, son dos casos similares en cuanto al señalamiento aunque distintos en los montos por los que se formula la petición de antejuicio. En ambos casos resulta que no se puede avanzar más en las investigaciones porque resulta que los dos Secretarios Generales disfrutan de ese perverso modelo de inmunidad que ni siquiera permite indagar en busca de la verdad.

Hasta aquí todo parece ir caminando bajo el mismo rasero, pero a partir de ahora es que veremos si no empiezan a diferenciar los procesos porque obviamente en el Congreso el mandatario tendrá el pleno y absoluto respaldo del Pacto de Corruptos que ha venido funcionando a su favor y que permitió que el anterior proceso fuera engavetado sin más trámite, mientras que en el otro caso no será remoto que se proceda con toda diligencia a declarar con lugar el caso contra la diputada que, además, ha tenido la hidalguía de anunciar que no estará retardando el proceso ni siguiendo el pernicioso ejemplo de muchos de sus colegas que hicieron micos y pericos para evitar que avanzara el caso.

Ese litigio malicioso que se ha convertido en maña y que a muchos no sólo les permite evitar la sentencia condenatoria sino que, además, hasta les permite pintarse como víctimas de violación de sus derechos humanos porque se les mantiene demasiado tiempo en prisión sin explicar que son ellos quienes provocan los retrasos, situación que se da en muchísimos procesos cuyos abogados no quieren nunca hablar del trámite de los casos.

Siempre hemos dicho que lo importante es dar la cara y en este caso pareciera, hasta el día de hoy, que la diputada Montenegro lo hace y quiere enfrentar a la justicia cuanto antes, sin dilaciones perversas. Cierto es que muchos han empezado así, pero pronto sus abogados les aconsejan que entrampen los casos (con lo que ellos ganan más dinero) para esperar hasta que se concrete el plan de escabecharse al Comisionado.

Redacción La Hora

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