Emilio Matta Saravia
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Un problema de nación que se debe atender de forma urgente y frontal, con políticas y acciones concretas, es el de las condiciones de insalubridad en que viven grandes mayorías de nuestro país. Hay que aclarar que, aunque la salubridad es un tema distinto al de la salud, tiene un impacto directo en la misma.
Me explico, la salubridad son las condiciones que rodean a una persona, su vivienda, cómo y dónde preparan sus alimentos, los servicios sanitarios a los que tiene acceso, el piso, el alcantarillado y sistema de drenajes, entre otros. Estas condiciones son cruciales para la salud de dicha persona, principalmente si es un infante (niño menor de 7 años). Vivir en condiciones de insalubridad significa tener una vivienda no apta con paredes de cartón o lámina, al igual que el techo, piso de tierra, letrina en vez de inodoro, cocina sucia y sin agua potable para por lo menos lavarse las manos, lavar y cocinar alimentos, sin un sistema de alcantarillado público que provocará tener aguas estancadas con la consiguiente proliferación de mosquitos y otros insectos. Esta es la forma en que vive un porcentaje importante de las personas en nuestro país, principalmente en áreas rurales y urbanas pobres, y bajo estas condiciones, es muy probable que sean personas con problemas de salud desde la infancia. Tendrán altas probabilidades de padecer enfermedades respiratorias, pulmonares, diarreicas y serán más susceptibles a padecer dengue, chikungunya, zika, entre otras, que las personas que viven en condiciones distintas, principalmente de las capas media y alta urbana.
El tener un alto porcentaje de nuestra población viviendo en condiciones insalubres, y por ende siendo más susceptibles a padecer enfermedades, va a implicar una mayor inversión de recursos en atención primaria y especializada en salud, tanto por la dispersión de centros de atención, como por la cantidad de pacientes que tendrán que atender. Por supuesto que lo anterior implica tener autoridades competentes y legítimamente involucradas en brindar salud gratuita para toda la población, cosa que con este y los anteriores gobiernos no se ha dado.
Si, a la vez que se brinda la atención primaria y especializada en salud a todos los habitantes, se trabaja en programas interinstitucionales entre las municipalidades, los ministerios de salud, desarrollo, comunicaciones y finanzas, así como los diputados distritales de cada departamento para que se asignen fondos y ejecuten proyectos de construcción de vivienda de block, con piso de cemento, cocina y baño completo para los hogares más necesitados por municipio (información disponible en el censo), se pueda proveer de agua potable a las mismas y se trabaje en una red pública de alcantarillado y drenajes que evite tener aguas estancadas, tendrán un impacto importante en la reducción de enfermedades respiratorias, pulmonares y diarreicas (reduciendo costos en atención primaria de salud), principalmente en niñas y niños, así como un impacto positivo en las economías locales, ya que esta obra pública generará puestos de trabajo que dinamizarán el consumo y por ende la economía local. Obviamente la contratación de obra pública debe ser transparente, libre de corrupción y prebendas, y sujeta a escrutinio por parte de la Contraloría General de Cuentas, así como de la sociedad en general.
La salubridad busca disminuir los riesgos en salud de la población, principalmente la más vulnerable, en forma de prevención de enfermedades. Y es un tema que demanda atención y acción inmediata de nuestras autoridades.