Juan Antonio Mazariegos

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Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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Juan Antonio Mazariegos G.

El mes pasado, como todos los años, acudí a Cobán, para correr el medio maratón que discurre entre esa ciudad y San Pedro Carchá, ambos municipios, los más pujantes y poblados de Alta Verapaz y, por lo tanto, también de los más codiciados por los partidos políticos a lo largo de muchas elecciones, se aprestan, por lo visto y oído, para elegir entre la misma oferta política de antaño, lo cual tendrá como consecuencia que nada cambie o sea diferente en nuestro País.

A un año de iniciar un nuevo proceso electoral, lo más preocupante de mis conversaciones con vecinos del lugar, es que la estructura de líderes y partidos, cuando menos en Alta Verapaz, no se renovó. Uno a uno, en cada charla fueron apareciendo los nombres de partidos y candidatos del viejo sistema, del pasado y de esa política antañona de la región, que no solo continúan prestos a participar, si no a tomar el control dentro de un sistema al que no le pasó nada de 2015 a la fecha.

La caída del gobierno de Otto Pérez y su posterior encausamiento judicial parecía que provocaría una restructuración del sistema político, pero eso no ocurrió, el Congreso de la República impidió los cambios al sistema político, dando atol con el dedo a todo mundo y limitó una reforma integral al sistema, los meses pasaron y hoy salvo que ocurra un milagro no tendremos nuevos partidos o líderes que puedan enfrentar a nuestra colección de dinosaurios.

En medio de ese escenario, la única opción de no tropezar de nuevo con la misma piedra, es que la población participe, para empezar, investigando la conformación de los nuevos partidos, verificando que no se trate de refritos que revivan viejas intenciones bajo nuevos nombres y siglas. Cualquier partido que logre identificarse con la imagen de nuevo, podrá capitalizar el voto ciudadano que al parecer ya aprendió, con el gobierno actual, que no se trata de volverse antisistema y que un voto de castigo puede convertirse en autoflagelación.

Estamos a nada de un nuevo proceso electoral, si no despertamos y participamos, el viejo sistema se consolidará y de nada habrá servido lo que hemos pasado, la llave está en la participación y esta vez debe de ir mucho más allá que simplemente llegar a votar. Nos quejamos de muchas cosas, pero solemos olvidar que en Nosotros está el iniciar el cambio de muchas de ellas, de lo contrario nada cambiará y lo que pudimos haber manejado con inteligencia y gradualmente, terminará estallando sin control y solo para ser aprovechado por alguien más, como siempre en Guatemala.

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