Francisco Cáceres Barrios
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Para comprender mejor este comentario debe tenerse en cuenta que para el año 2018 el gobierno actual había presentado un proyecto de presupuesto por Q87 mil millones, el que no le fue aprobado por el Congreso y, por consiguiente, se tuvo que ceñir a los Q77 millones del año anterior, como que nuestro Presidente mantiene en la punta de la lengua las expresiones que van desde que no le alcanza el dinero que le asignaron, hasta que la Ley del Presupuesto le ata las manos para hacer micos y pericos con el mismo, en vez de haberse puesto a trabajar con ahínco, transparencia, eficiencia y cero corrupción, para que así, la población pudiera sin lugar a dudas darle el voto de confianza necesario para tener lo indispensable para los gastos ordinarios e incluso poder superar la implementación de inversiones para el último año de su mandato gubernamental.
Ha venido ocurriendo todo lo contrario. No es cosa nueva para nadie que la administración Morales se ha caracterizado no solo por mantener las carreteras en las peores condiciones de nuestra historia, sino que su ejecución presupuestaria en la cartera de Comunicaciones y en tantos más ministerios el vehículo de la inversión pública ha caminado por un lodazal, que el vehículo de la inversión pública ha quedado prácticamente paralizado. La anterior imagen empeoró cuando la Contraloría General de Cuentas denunció toda una secuencia de sobrevaloraciones, reparos, dudas e inconsistencias de gastos en diversas dependencias, que van desde la misma Presidencia de la República, pasando por los ministerios de la Defensa y Gobernación y terminando hasta en la Policía Nacional Civil.
Hasta en el manejo de los créditos o préstamos obtenidos en el exterior, el gobierno de Morales se ha distinguido por no haberlos sabido o podido ejecutar. De esa cuenta, para citar un solo ejemplo, está el peligro de perderse un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto de US$35 millones y otro de US$5 millones si no se liquida antes de cuatro meses. Así es que el montaje de otro show, de los que acostumbra hacer este gobierno, es improcedente, pues no convence a nadie, ya que no es con “talleres” para discutir el Presupuesto del año entrante, montados en el Palacio Nacional como se ganan buenas voluntades, pues ello solo se logra con hechos, realidades y ejecuciones presupuestarias transparentes realizadas. De ahí que las aspiraciones del presidente Morales para lograr la elevación a Q90 mil millones del Presupuesto para el año 2019 desde ya se puede adelantar que la respuesta va a ser para don Jimmy: ¡No inflar más presupuestos! Y eso es lo que realmente se merece.