Francisco Cáceres Barrios
caceresfra@gmail.com

Recuerdo bien que un día antes de las últimas elecciones discutíamos en el círculo de mis amistades acerca de las bondades que podría ofrecer el entonces candidato presidencial Jimmy Morales, y la gran mayoría opinaba que la única característica notable era entonces, según rezaba su eslogan propagandístico, su ofrecimiento de no ser corrupto ni ladrón, sin embargo, alguien dijo que era graduado en Administración de Empresas de la Usac, lo que aunque no revestía características notables, al menos tenía a su favor la posibilidad de caracterizar su mandato en lograr hacer eficientes a las entidades que, por pertenecer a un régimen distinto a la administración central gubernativa, era factible lograrlo.

Pasado el tiempo hemos podido comprobar que no fue así, pues la mayoría de entidades autónomas o descentralizadas a duras penas pueden dar buenos rendimientos financieros pero, por la calidad de los servicios que prestan, son calificadas por los usuarios entre regulares, malas y hasta pésimas. Creo que para la mayoría de amables lectores no es necesario abundar en ejemplos, por lo que atendiendo las limitaciones de espacio, me referiré solo a dos, al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y a la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (EMPORNAC). La primera se lleva las palmas por salir publicada casi todos los días en los medios de comunicación social, quienes destacan todo tipo de anomalías que van desde la permanente falta de medicinas, insumos, hasta los constantes reclamos por su deficiente atención en la rama médica-hospitalaria como por su desesperante tortuguismo en el pago de prestaciones en dinero.

Por la segunda, durante el presente año hemos visto como las gremiales de importadores, exportadores, industriales, agricultores y público en general se quejan de los largos tiempos de carga y descarga de las mercancías, derivado a que el común denominador se caracteriza por provocar un constante como tremendo congestionamiento en los servicios portuarios que presta, lo que les provoca tremendos problemas y pérdidas causadas por la falta de equipo y maquinaria adecuada, ausencia de buen mantenimiento y en general, porque a pesar de ser el segundo puerto en importancia del sistema y el principal en el Caribe carece totalmente de las debidas estrategias y planificaciones.

Pero, ¿cuál es la causa que origina todo esto? Que su régimen y organización no permite que sea la iniciativa privada la que lleve en EMPORNAC la batuta, tal y como se hace exitosamente en otros países, y en el caso del IGSS, aunque la iniciativa privada tiene sus representantes en la directiva no son suficientes para poder inclinar la balanza a una administración ajena totalmente a la corrupción y a la politiquería.

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