Juan Antonio Mazariegos G.
Se acostumbra decir que cuando EE. UU. estornuda, a Guatemala le da pulmonía, como un símil que expone los efectos que sufre nuestro país ante cualquier crisis o evento negativo que acontezca sobre la economía del gigante del norte, la cual terminará teniendo efectos y consecuencias para nosotros.
En los últimos años, sin embargo, se ha puesto en evidencia que los efectos negativos o positivos para la economía de nuestro país, pueden venir también de nuestro vecino más cercano y al igual, gigantesca economía, la cual según su desempeño, condiciones o fluctuación, incide de manera directa en nuestra precaria situación económica por razones como la devaluación de su moneda, la economía de escala de sus enormes empresas, las ventajas que representa para ellos el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la enorme porosidad de nuestras fronteras u otros factores de diversa índole.
Hoy México se encuentra a menos de 50 días de que casi 90 millones de ciudadanos, aptos para votar, acudan a las urnas en unas elecciones que pueden traer tanto consecuencias como enseñanzas para los guatemaltecos que un año después seremos llamados a votar. México enfrenta años y niveles de corrupción, cooptación y mal manejo de la cosa pública que hacen palidecer a nuestros funcionarios y exfuncionarios, haciéndolos ver como niños de primera comunión, lo cual ha originado un desgaste de la clase política mexicana, que tiene a la población al borde de elegir al menos malo o al más distinto de cualquier cosa que haya habido antes, con el consecuente peligro para el país que ante la desesperación, el remedio termine siendo peor que la enfermedad.
De conformidad con la mayoría de encuestas, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de la coalición Morena, un antiguo político de izquierda, pasará a la segunda vuelta enfrentando a Ricardo Anaya Cortés, candidato de la coalición Por México al Frente, quien originalmente era postulado por el PAN, un partido político de derecha. Sin duda, no tengo argumentos para manifestar que un candidato, proyecto o partido es mejor que el otro, si sé, por evidencias históricas que el populismo vende más que cualquier otro discurso, pero cuesta el triple a largo plazo. El resultado de las elecciones en México tendrá consecuencias inevitables para Guatemala, tanto por las políticas que se adopten, como por los efectos que estas tendrán en nuestro país. El mundo cada vez tiene menos fronteras y las consecuencias de los actos de un pueblo sin duda pueden afectar a sus vecinos. Principalmente por el bien de México y sus habitantes esperemos que hagan la mejor elección, su decisión nos afectará.