Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com

Es un secreto a voces la escasez de agua en la ciudad capital, se ha regulado a ciertas horas de forma generalizada en todas las zonas y municipios de la ciudad. Ahora hasta en sectores pomposos de nuestra urbe escasea el vital líquido.

Es común que los seres humanos no reconozcamos la importancia de una estabilidad en los ecosistemas, en muchos casos la vida cotidiana solo nos permite recordarnos de la relación con el ambiente cuando algunas manifestaciones naturales interfieren en nuestros planes inmediatos.

La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a entender que el hombre es la medida de todas las cosas y que la naturaleza es solo un medio para cumplir nuestros deseos. Olvidamos por completo que las dinámicas del planeta, primero existe de forma paralela a la nuestra y, segundo, son determinantes para garantizar nuestra existencia y nuestro desarrollo en el planeta.

Los seres humanos debemos reconocer que no vivimos en un mundo a nuestro servicio y que somos vulnerables a transformaciones climáticas y que es probable que la Tierra en su conjunto y parte de sus ecosistemas perduren más que la raza humana. El hombre no es más que una parte de un complejo sistema que busca un constante equilibrio y en algún momento puede ser prescindible.

Es necesario entender esta relación entre seres humanos y el medio ambiente, pues debe iniciarse con reconocer que la geografía determina una dinámica específica y que a partir de esa condición se puede iniciar a discutir temas sobre cómo las organizaciones sociales (Estado, comunidad, escuelas, familias, entre otras unidades) y personas de forma individual pueden garantizar sostenibilidad de las condiciones que de momento nos permiten el desarrollo de la vida.

Si entendemos la dinámica del planeta podemos estar preparados de mejor forma para enfrentar los efectos, poder actuar de forma propositiva en la disminución del impacto de los desastres y en cierta medida trabajar para disminuir las acciones humanas que favorecen la recurrencia de eventos que nos afectan. Siendo Guatemala un país ubicado en un sector altamente sensible a amenazas hidrometeorológicas y geológicas no podemos pensar en un desarrollo sin incluir estas variables.

Es urgente crear una cultura de prevención y respeto hacia el planeta Tierra, sensibilizar a los habitantes del orbe para cambiar las dinámicas y actitudes hacia la madre naturaleza; en caso contrario cada día será más evidente el deterioro ambiental del planeta y sus nefastas consecuencias hacia la humanidad en su conjunto, entre ellas se predicen guerras por alimentos, agua, recursos naturales; en fin en unos pocos años por venir seremos testigos de cómo las potencias mundiales saquearán a los países subdesarrollados en aras de acapararse de recursos naturales y con ello crear negociaciones desiguales entre las naciones.

Lamentablemente día a día avanza el deterioro ambiental, escasez de fauna y flora y no pensamos que algún día nos vaya a afectar, pues mientras los míos y yo estemos bien no importa lo que pase alrededor de nuestro entorno y no digamos en el mundo.

El pasado 22 de abril se conmemoró el Día de la Tierra, temas como contaminación, sobrepoblación y biodiversidad, entre otros, han concientizado a miles de seres humanos sobre la importancia de proteger a la Madre Tierra.

“Cuando no halla agua, alimentos, recursos naturales el ser humano entenderá que no se puede comer su dinero”.

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