Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Estar en los zapatos del presidente Jimmy Morales no debe ser nada fácil. Por un lado tiene a sus propios miedos aconsejándolo, más un grupo oscuro de personas que lo quieren utilizar como una marioneta para que su decisión permita la consolidación de un sistema cooptado, obsoleto e inoperante que necesita de la impunidad para seguir gozando de la pachanga de la corrupción sin consecuencia alguna.

A Morales, como a algunos preocupados, le juegan con la teoría del miedo tal y como lo han venido haciendo hace meses. Al Presidente le llegaron con el cuento que le querían dar un golpe, pero que “su nuevo círculo de amigos” le ayudaría a evitarlo. Le fueron a decir que desde Gobernación se fraguaba algo y hasta que llegó el día que entregó el ministerio clave a las mafias bajo la amenaza que si no lo hacía conocerían de nuevo su antejuicio.

Le comentaron que la antigua cúpula pensaba darle un golpe de Estado y por eso dio luz verde a que se los cargaran en un abrir y cerrar de ojos, aunque eso lo pusiera en complicada situación con un país aliado. Al mandatario, hábilmente, le han insistido que el laberinto en el que él solo se metió es una fabricación para quitarle el poder ilegalmente y eso lo tiene de rodillas ante esos asesores. Hay más ejemplos, pero el espacio es poco.

Y son esas voces (incluidas las que dicen que gracias a ellos no le dieron el Golpe) las que ahora lo están aconsejando para que elija del listado de los seis para Fiscal General a quien ceda ante los perversos intereses y quien ofrezca garantías para regresar las cosas a marzo de 2015. La Comisión de Postulación cerró bastante el margen de acción, pero a Morales le insisten que busque a la persona que ofrezca regresar al pasado; lo que no le dicen es que con la lupa social eso es difícil (más no imposible) y quien lo haga quedará marcado por el resto de la vida.

Señor Presidente, sí, habrá raspones en el camino porque hay cosas que no se hicieron de la manera correcta, pero tal y como hablamos en su oficina la última vez que nos vimos, dar la cara es muy importante porque eso permite asumir responsabilidades que le enseñan a nuestros hijos y en su caso, esas decisiones pueden marcar su paso por la historia de este país.

Cuando le comenté a unos amigos sobre el tema de mi columna, me dijeron, “no perdás tu tiempo”, pero siempre he pensado que cuando son temas de país debemos hacer los mejores esfuerzos e intentos por aportar algo.

Seguir la ruta del lado oscuro y pretender que lo que se legisle en el Congreso, más la elección de Fiscal General serán la solución, es un juego suicida que rendirá frutos efímeros; por favor no escuche esas voces. Usted ya una vez tuvo que tomar decisiones de bandos y su primera no fue correcta al plegarse a FCN tras ganar aceptando que le llevaron a los tránsfugas y todo lo demás es historia.

Usted tuvo alternativa de mandarlos por un tubo y trabajar de la mano con un pueblo, grupos y sectores que pedían a gritos los cambios. A pesar de todo lo que ha pasado y ha hecho, se le vuelve a presentar una oportunidad para pasar a los anales de la historia si su decisión de elegir Fiscal General no viene de sus roscas más oscuras, de los diputados, algunos preocupados o del alcalde Arzú.

A usted le han vendido que en su horizonte nunca volverá a salir el sol y que su única salida es ceder a los oscuros, pero eso no es cierto Presidente. Sé que habrá esfuerzos por hablarle y minar la influencia y el poder de los que desean regresar al pasado, ojalá Dios le dé el entendimiento para que quienes le desean exacerbar sus miedos no ganen la partida.

Usted es el dueño de su futuro y al elegir Fiscal General se lo jugará todo.

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