En una entrevista que se publica hoy, el Embajador de los Estados Unidos en Guatemala dice que la CICIG, el MP y el Presidente Morales luchan para combatir la corrupción, afirmación que tiene que encuadrarse en el ejercicio de las funciones diplomáticas que le corresponde de cara al gobierno ante el cual se encuentra acreditado. Quizá hubiera cabido algún añadido, en el sentido de que, cuando menos, hacen lo que hacen desde los más opuestos polos que se pueda imaginar porque nadie puede ignorar que el trabajo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad bajo la conducción de Iván Velásquez y del Ministerio Público con la Fiscal General Thelma Aldana, ha sido determinante para los logros que empezaron a verse justamente hace tres años cuando se destapó el Caso La Línea que ha sido el hilo conductor para evidenciar hasta dónde ha llegado la podredumbre de nuestro sistema político, administrativo y judicial.

Cuando se realizaron las polémicas elecciones en las que triunfó Jimmy Morales fue clarísimo que el ciudadano guatemalteco votó en contra de las viejas y sucias formas de hacer política. Sin hoja de vida ni ejecutorias, el único punto a favor del candidato fue su slogan de que no era “ni corrupto ni ladrón” y eso se tradujo en la percepción de que el único contra el sistema viciado era él. De suerte que su mandato fue clarísimo porque se esperaba que dirigiera la lucha contra la corrupción con todo empeño y vigor, pero el primer acto en su gobierno fue nutrir al partido oficial con las huestes de la vieja política para darle continuidad al mismo sistema. El inicio fue malo, pero la gente lo vio como producto de la falta de pericia política del gobernante.

Luego vino un caso emblemático. En el curso del proceso por el Caso Botín Registro de la Propiedad, en una declaración fueron mencionados dos nombres que no significaron nada en ese momento para la opinión pública. Pero se trataba del hermano y el hijo del Presidente y fue el tribunal a cargo del proceso el que ordenó que se les investigara sin que, en ese momento, se hiciera la relación existente.

Eso, más la investigación contra el mandatario en su calidad de Secretario General del partido oficial por financiamiento electoral ilícito, hizo estallar al gobernante que rompió públicamente con la CICIG y el MP y trató de expulsar al Comisionado. Si es cierto que Morales está luchando contra la corrupción, lo hace a su modo pero muy, muy lejos de Velásquez y Aldana.

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