Ayer el sector empresarial organizado hizo una presentación pública de su compromiso con la lucha contra la corrupción y para construir un país diferente mediante el establecimiento de mecanismos de control adecuado y políticas para impulsar un actuar transparente, ético y legal con canales adecuados para la denuncia; controles internos para que los empresarios se identifiquen con las acciones por transparencia y les den seguimiento; la realización de una campaña de educación e información para la transparencia electoral, lo que incluye el financiamiento; el fortalecimiento de la unidad encargada de controlar el financiamiento de los partidos en el TSE y la promoción de cláusulas anticorrupción en las entidades públicas para mejorar procesos administrativos, contrataciones y procesos de licitación y adjudicación.
Lo más importante de todo es el reconocimiento de que en las condiciones actuales el país no puede salir adelante y que tenemos que hacer esfuerzos, todos los sectores, para combatir la corrupción, lo cual implica un tácito reconocimiento a la necesidad de combatir paralelamente la impunidad existente en el país que ha sido causa del descalabro institucional porque no hay mecanismos de pareja aplicación de la ley.
Llama la atención lo dicho por el expresidente del CACIF, José René González Campo, en el sentido de que “estamos en un proceso de transformación que tenemos que enfrentar y que tenemos que hacerlo bien. Ese es el motivo de reflexión, de cuál es el país que tenemos y que todos y absolutamente todos somos responsables; desde el gobierno, sector privado, instituciones, somos responsables pero es el momento de no permitir que las diferencias o señalamientos nos desvíen del camino que queremos y es que todos queremos un mejor país. Estoy convencido de que ninguno aquí está satisfecho con el país que tenemos y que todos podemos estar mejor y más orgullosos. Eso significa que tiene que haber humildad, madurez, apertura de todos los grupos y que tenemos que sacar a este país adelante.”
Entendemos, por ser un foro para promover la transparencia, que se refiere al país que ha tolerado la corrupción y la ha alentado y que todos los sectores han sido parte de ese juego perverso. Y es buen momento para pasar de las palabras a los hechos y tenemos, todos, que cerrar filas para evitar que el Pacto de Corruptos logre su cometido de extender la impunidad mediante mañosos procedimientos en el Congreso y para asegurar que a partir de ahora en Guatemala todos tendremos que asumir responsabilidad legal por nuestras acciones y enfrentar las consecuencias de nuestros actos. El país demanda compromiso y acción.