Marco Tulio Trejo Paiz

He meditado sobre qué le diría un neonato, que no se puede expresar en el momento que su progenitora lo abandona en una caja de cartón en un basurero clandestino.

Hoy por hoy en Guatemala existe una gran cantidad de abandonos de niños por sus padres, la pregunta es: ¿Qué está pasando con nuestros compatriotas que los llevan a tales extremos?

Según datos de la misma Procuraduría General de la Niñez, en lo que va del año 2018, se han confirmado 123 abandonos de menores entre los 0 y 14 años, de los cuales 29 niños comprenden entre los 0 y 2 años, 46 solo tienen entre 3 y 6 años.

Niños que deberían de estar siendo protegidos por sus padres, son abandonados a la buena de Dios o a las malas del Diablo. Es doloroso observar que los valores morales, éticos, humanos y sociales, se hayan perdido, es impensable que la sociedad mire con tanto desdén la vida humana. Es verdad que la violencia impera en nuestro país a todo nivel, que la sociedad se ha acostumbrado a escuchar de muertos todos los días, lo cual hace que muchos se “acostumbren” a ver la vida como algo sin valor.

Mucho se puede hablar de este tema y justificar la acción de abandonar a una criatura, dirían, la falta de trabajo, la mala paga de los pocos que pueden trabajar, el coste de la vida en nuestro país, etcétera, no obstante, no hay excusa para actuar como si no hubiese sentimientos al abandonar a una criatura que es víctima, de la falta de amor.

Es lamentable que años anteriores, las estadísticas muestren la cantidad de niños que sufren por el desamor de padres fuera de ética, según las cifras del año 2016 se registraron en la Procuraduría General de la Niñez, 402 casos de niños abandonados, es un promedio de más de un niño al día.

Hoy quiero tomar un tiempo para hacer un llamado a la conciencia del ser humano que existe en este país, para que antes de accionar, pueda meditar sobre el valor de la vida humana, recordando las palabras de las mismas escrituras que dicen: “Que todo lo que uno siembra, eso también cosechará.” En algunos casos ha sido posible burlar la justicia humana, pues nunca se sabe quién abandonó a una criatura, pero hay que recordar que la justicia divina nunca podrá ser evitada, además no hay excusa alguna que valga, para cometer este acto, el cual está tipificado en el Código Penal de Guatemala.

He observado mujeres valientes salir adelante, luchando día a día para que sus hijos tengan pan en su boca, también existen padres, claro en menor escala, que han tomado la responsabilidad de bregar, para darle lo mejor a sus retoños.

Quiera Dios que estas palabras puedan llegar al fondo de su humanidad y puedan esclarecer el pensamiento, porque siempre hay una alternativa más favorable para la vida de una criatura, que solo desea estar junto de la persona que lo trajo al mundo.

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