Juan Francisco Reyes López
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Para integrar un Gabinete de Gobierno de unidad, Efraín consideró conveniente pedirle a Cacif que le propusiera quiénes debían ser ministros de Agricultura, Economía y de Salud.

Los titulares que representaban a las Cámaras que integran Cacif eran los presidentes de las respectivas instituciones, quienes discutieron a puerta cerrada y, sin mucha dificultad, decidieron que el presidente de la Cámara del Agro sería el Ministro de Agricultura, por lo que Otto Martínez quedó como candidato.

Para el Ministerio de Economía se acordó que el candidato sería Julio Matéu, presidente de la Cámara de Comercio y para el Ministerio de Salud, ni corto ni perezoso, el licenciado Castañeda Feliche propuso a su hermano Adolfo, que era médico. Por esas razones llegaron a las respectivas juntas directivas con una hora de anticipación a decir cuál era la decisión que habían tomado, logrando que no hubiera alternativa más que la de aceptar y confirmar que esos serían los candidatos.

En esas épocas el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social tenia severos problemas; su Junta Directiva, de la cual yo era vocal representante de los empresarios contribuyentes, estaba totalmente opuesta a la gerencia que se encontraba en manos de un médico cuyo único mérito era el ser el médico personal de la mamá del general Romeo Lucas García, Presidente de la República.

Ello implicó que la Junta Directiva, a través del licenciado y coronel Leonardo Figueroa Villate, quien fue nombrado Ministro de Finanzas, pidiera una reunión con el general Efraín Ríos Montt, en la que, después de describirle la situación y problemas en el IGSS, el general preguntara a quién se proponía como gerente para resolver la problemática, para mi sorpresa la propuesta unánime de la Junta Directiva recayó en mi persona.

El general Ríos Montt me felicitó, lo que provocó que yo le manifestara, con el debido respeto, que no deseaba o podía aceptar el cargo porque tenía mis propias responsabilidades empresariales y asociaciones como la Cámara de Comercio, Asociación de Amigos del País y el mismo IGSS, en donde participaba como vocal de Junta Directiva en representación de los empresarios o empleadores.

El general reaccionó diciéndome: “Ah, usted no ama a Guatemala”. Yo de inmediato le respondí: “Mi general, yo amo a Guatemala y, como usted, la he servido vistiendo el uniforme de oficial de ejército”. Él me contestó: “Perfecto, la ha servido y la tiene de nuevo que servir”. Esa situación me dejó sin más alternativa, al poco tiempo fue emitido mi nombramiento de Gerente del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, lo que me permitió conocer a fondo y de cerca cómo era Efraín Ríos Montt.

Para mi sorpresa, Efraín no era un hombre rígido, por el contrario, era un hombre flexible, profundamente humano, preocupado de los demás y no de él, dispuesto a sacrificar a su familia y sin mayores ambiciones materiales, al extremo que cuando recibió su primer cheque como Presidente o Jefe de Estado llamó al Ministro de Finanzas y le dijo: ¿este es el cheque que me corresponde? Al recibir la confirmación respondió “perfecto, yo no necesito ese dinero por lo que lo voy a endosar y se lo voy a devolver para que se deposite en el Fondo General de la Nación como una contribución extraordinaria a las obras sociales”. Y así lo hizo.

¡Guatemala es primero!
Continuará…

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