Roberto Arias

Como vimos anteriormente, el maltrato psicológico de un miembro de la pareja hacia el otro causa enfermedades reales de origen psicosomático como estrés y tensión, trastornos del sueño, fuertes dolores de cabeza, molestias estomacales incluyendo del colon. Depresión, desmoralización, desánimo, tristeza profunda, pérdida de autoestima y demás sentimientos que son colaboradores a la degradación de la personalidad.

Debe, entonces, preguntarse el estimado lector sobre ¿Qué puede hacer el entorno para asistir a una víctima del acoso de una conducta perversa? ¿Puede la misma sociedad proporcionar asistencia a una o unas personas que presentan esos síntomas y llevan a sus hijos consigo hacia el despeñadero psicosocial?

Definitivamente sí. Pero, ¿qué debe hacerse?

Reñir a la víctima por sus dificultades para salir de la situación de maltrato no ayuda en nada, solo empeora las cosas. Esta conducta hará que la persona se aleje y se aísle más. Según nos indica la Psicóloga Laia Oliva, la ayuda consiste en:

Escuchar a la víctima: permitir que se exprese libremente, escuchando lo que necesita explicarnos. Es importante hacer una escucha activa, en el sentido de no establecer juicios que puedan alejar a la persona de nosotros, su ayuda.

Hablar desde la empatía: oír como la víctima se culpa a sí misma y excusa al maltratador, puede generar sentimientos de frustración e ira en la persona que está tratando de ayudar, por lo que muchas veces acaba riñendo a la víctima.

Una escucha empática significa ponerse en el lugar de la persona que se está abriendo ante nosotros, por lo que es importante que lo que digamos lo hagamos desde el apoyo, el cuidado  y la comprensión.

Hablar claro: Decir aquello que vemos y sentimos, mostrar nuestra preocupación. Hablar sin sutilezas ni tabúes. Facilitarle información y documentación sobre este tema, ayuda a la víctima a cuestionar la situación que vive.

Ofrecerle los agentes que pueden ayudarla a salir de esta situación: teléfonos de atención a la víctima, contacto de un psicólogo, grupos de personas que han sufrido o sufren de maltrato psicológico dentro de la pareja, abogados…

Mantenerse al lado de la víctima: en el proceso de maltrato, la víctima se va deprimiendo cada vez más a la vez que se aleja de los suyos. Así, muy probablemente nos pondrá excusas para quedar, para hablar por teléfono… limitando o cortando la comunicación con nosotros. Es importante mantenernos allí, a su lado. Si es necesario, acudiendo nosotros a la policía, a informarnos con un asistente social, abogado y/o profesional de la salud psicológica.

Desgraciadamente la oficina de Derechos Humanos, en Guatemala, la convirtieron en un ente con intereses político-partidistas. Esta oficina, dentro de otros entes estatales, debería poner atención a estos cientos de situaciones que deforman al tejido social guatemalteco.

Mientras tanto, los ciudadanos conscientes debemos hacer nuestra parte. Cada quién… Quizás podamos ser coadyuvantes para corregir algo en este ámbito y, mejorar el futuro social de Guatemala.

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