En los últimos días los cuerpos de socorro han informado de numerosos hechos violentos ocurridos en distintas regiones del país, pero especialmente en el área metropolitana, lo que contrasta con los avances que se habían notado a lo largo de los últimos meses cuando se pudo comprobar una disminución significativa, aunque no suficiente, de la criminalidad en el país llegando a 26.6 muertes por cada 100 mil habitantes. Será importante ver los informes que a finales de este mes presenten las entidades que monitorean la violencia para corroborar lo que ahora puede ser una simple previsión a partir de los reportes a que hicimos referencia.

Guatemala es un país que desde hace mucho tiempo cayó en la categoría de los más violentos y nos hemos disputado con Honduras y El Salvador esa poco honrosa posición, pero es indudable que en los dos primeros años del gobierno de Jimmy Morales se pudo notar un esfuerzo importante para contrarrestar la criminalidad que no sólo se tradujo en la numerosa captura de delincuentes gracias a investigaciones propias de la PNC además de las realizadas por el Ministerio Público. La coordinación entre ambas instituciones aportó resultados que finalmente se reflejaron en la disminución de ese macabro índice aunque, por supuesto, sin llegar a niveles tolerables porque la violencia siguió afectando a muchísimas familias.

No puede dejar de señalarse el esfuerzo, reconocido por la población en general, realizado por el equipo anterior del Ministerio de Gobernación dirigido por el licenciado Francisco Rivas y el equipo de la Policía Nacional Civil bajo el mando del Comisario Nery Ramos puesto que a pesar de las deficiencias y carencias existentes, se pudo corroborar una muy importante reducción de los delitos contra la vida, producto tanto del sicariato como de la extorsión que ha sido terrible contra muchísimos guatemaltecos y que ha llegado a poner de rodillas a gremios o zonas enteras.

Posiblemente sea resultado del necesario tiempo de acomodo de las nuevas autoridades, pero es de esperar que rápidamente se rescaten las políticas que venían dando resultados positivos para paz y tranquilidad de la población.

En materia de seguridad es fundamental la continuidad de las políticas que se mostraron eficaces porque en ello va la vida de mucha gente y por ello creemos oportuno advertir sobre lo que hoy puede ser una simple percepción que tiene que ser corroborada por datos, pero que se puede notar en la cantidad de mensajes que por redes sociales envían tanto las fuerzas de seguridad como los cuerpos de socorro y en los niveles de angustia de la gente.

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