Jorge Santos

Noam Chomsky escribió lo que se conoce como las 10 Estrategias de Manipulación Mediáticas, las cuales se resumen en un compendio corto y sencillo de identificar de cómo las elites, en particular las interesadas en imponer el orden económico establecido, realizan una serie de acciones para mantener la alienación y la enajenación y con ello el adormecimiento de las aspiraciones de los Pueblos. Note usted que con tan sólo la enumeración de estas 10 estrategias podrá identificar muchos elementos impulsados desde el #PactoDeCorruptos con el objetivo de mantener alejada a la población de su ansiada transformación.

La primer estrategia es la de la distracción para el control social, en donde el sentido es mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por tema sin importancia real. La segunda es crear problemas y después ofrecer soluciones. El ejemplo clásico en Guatemala es el dejar deteriorar la institucionalidad para luego privatizarla o bien dejar que se intensifique la violencia a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad de mano dura y políticas en perjuicio de la libertad.

La tercera es la gradualidad, es decir que para que sea aceptada una medida inaceptable, basta con aplicarla gradualmente a cuentagotas, tal cual ha sido impuesta la privatización de servicios esenciales o el ahora cada vez más “necesario” carreteras con pago de peaje. La cuarta estrategia es la de diferir, es decir construir otra manera de hacer aceptar una decisión impopular a través del cacareado argumento de esta medida es “dolorosa pero necesaria”, obteniendo así la aceptación pública. Acaso no le suele parecerle común los discursos de, es el “mal menor”, entre los candidatos este resultará siendo el “menos malo” y así. De tal cuenta, que Chomsky va desentrañando una a una estas estrategias, pero a mí me parecen fundamentales las que se refieren a utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión, la de mantener al público en la ignorancia y la mediocridad y lo peor de todo ser complaciente con la mediocridad.

Y es que esta semana que culminó y luego de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, estas estrategias se han visto casi instauradas como si se tratase de un guión que siguieron y siguen a la perfección. Note usted qué hicieron con la procesión de la Poderosa Vulva y la visita del Procurador de Derechos Humanos a la Plaza Central, todo un acto de vulgar incapacidad de racionalizar una expresión más de la ciudadanía y nos han metido a la sociedad en el esquema ignorante y mediocre de creer que este es un tema central, la moralidad extrema. Han sido capaces de convocar a recoger firmas y que quienes encabecen esta acción sean cafres, corruptos, algunos de ellos hasta responsables de graves violaciones de derechos humanos, pero que en este clima de manipulación, sean capaces de hacer ver como niños de primera comunión. Así que no se deje engañar y no sea alguien más que se anestesia con el Opio del Pueblo, despierte, resista y luche.

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