Roberto Arias

Mencioné en artículo anterior de qué manera la deforestación de las selvas o bosques tropicales que aún quedan en el planeta, al ser deforestadas inciden permanentemente en la reducción de lluvias en países que están a miles y/o cientos de miles de kilómetros lejos de ellos. Incide la deforestación seriamente también en el cambio climático. Estos fenómenos son sumamente complejos y es altamente improbable, con toda la tecnología actual, predecir con certeza qué graves catástrofes puedan derivarse de la evolución de los mismos.

La Tierra ha sido y sigue siendo herida inmisericordemente por la misma humanidad. No hay misericordia, no hay piedad para con la Tierra y la Tierra se defenderá, tal y como ya hemos visto con los fenómenos atmosféricos que persistentemente azotan a los países en cualquier punto del globo.

Ciertamente siempre han sucedido estos fenómenos antes de la Revolución Industrial, pero es evidente la frecuencia acelerada y la violencia extrema con la que están azotando ahora y, las pérdidas de vidas humanas y pérdidas económicas son cuantiosas como jamás había visto hasta este momento el ser humano contemporáneo –de seis u ocho milenios atrás.

La falta de o el exceso de agua es, como sabemos, mortal. De acuerdo a un estudio reciente de las Naciones Unidas, siete mil millones de personas padecerán escasez de agua en 2050 debido a los efectos del cambio climático sobre los recursos hídricos y, obviamente debido a la galopante deforestación en todo el planeta, deforestación que he denunciado en medios de comunicación radiales, televisivos en Guatemala y en diarios escritos nacionales y extranjeros como La Hora y el Nuevo Herald de Miami, por invitación de Roberto , su director y Álvaro Vargas Llosa, su Editor de opinión en esa época.

Desgraciadamente, quienes denunciamos estas agresiones a la Tierra y crímenes de lesa humanidad hemos hablado a oídos sordos, tanto en Guatemala con la deforestación masiva y abusiva de la Reserva de la Biosfera Maya y Occidente, como con las selvas del Matto Grosso en Brasil, Perú y otros países en el mundo.

El origen de la futura escasez de agua para 2050 debe buscarse en la gruesa deforestación que, cual jinete apocalíptico ha cabalgado imparable sobre todo el globo y, en la negligente gestión de recursos hídricos causada por la utilización de métodos y sistemas incorrectos en todos los ámbitos: Social; Industrial; Agrario y Pecuario.

A todo esto deben aunarse la mayoría de las causas artificiales que son el resultado de un aumento de los llamados gases de efecto invernadero provocados por la acción del hombre. Este efecto invernadero viene provocado por la emisión de dióxido de carbono y se trata de la causa más importante del calentamiento global en la actualidad.

La crisis de la escasez de agua viene con una zaga verdaderamente inimaginable. Diariamente se ven miles de niños dentro de las aguas contaminadas de los ríos que atraviesan los países más pobres del orbe. Imagine el culto lector cuál es el futuro salubre de estos niños.
Continúa…

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