Claudia Escobar. PhD.
claudiaescobarm@alumni.harvard.edu

Estamos en un momento crucial de la historia de Guatemala. La elección del próximo Fiscal General, determinará el futuro de nuestro país. La inmensa responsabilidad de definir quién será el próximo Fiscal General recae en los hombros de 15 individuos, que integran la Comisión de Postulación y del Presidente de la República. En su decisión, están puestas las esperanzas de los guatemaltecos por un país menos violento.

Esta decisión es de tal trascendencia, que debe considerarse cuidadosamente. Pero, sobre todo, debe ser respetuosa de la ley y representativa del bienestar de los guatemaltecos. Por eso hoy PIDO a los comisionados y al presidente Morales que escuchen la voz de los guatemaltecos que claman justicia y que actúen en consecuencia.

El Fiscal General es la última línea de defensa contra la corrupción y la impunidad. El Ministerio Público tiene la obligación de hacer que se cumpla la ley y velar por la seguridad de nuestra nación.

La persona designada como Fiscal debe ser: un funcionario independiente; capaz de defender la autonomía del Ministerio Público; de investigar de forma objetiva los hechos criminales y de luchar contra la corrupción. Quien sea electo tendrá la posibilidad de trabajar por una Guatemala más libre, más justa y más segura, donde los ciudadanos no huyan por miedo a la violencia o por falta de oportunidades, y donde tengan esperanza de un futuro mejor.

Para vivir en un país donde se respete la ley, los ciudadanos deben estar dispuestos a trabajar con determinación para conseguirlo. Hace falta que los hombres y mujeres que trabajan en el Sistema de Justicia actúen con rectitud, con imparcialidad. Pero también hace falta que los ciudadanos se involucren y denuncien cualquier acto anómalo.

Los guatemaltecos debemos romper el miedo y la tradición del silencio, la complacencia y la complicidad. Debemos juntos combatir la criminalidad y levantar la voz en contra de un sistema que permite la corrupción y la impunidad. Denunciar a quienes infringen la ley es nuestra obligación.

Conozco personalmente los riesgos y los peligros de denunciar. Hace tres años, experimenté en carne propia sus consecuencias. Como ciudadana y juez guatemalteca, responsable de defender el Estado de Derecho, denuncié a quienes intentaron influir en mis decisiones y violaron la independencia judicial. Aun sabiendo los riesgos que implicaba para mí y mis seres más queridos, decidí actuar en base a los valores que me inculcó mi familia y los principios que había jurado defender como administradora de la justicia.

Me vi obligada a salir de mi país, pero Guatemala está arraigada en mi corazón. Estando fuera continué el trabajo que da sentido a mi vida: promover el respeto a la ley y luchar para que la justicia sea un arma contra la corrupción.

En Estados Unidos encontré el ambiente propicio para fortalecer mis capacidades y ampliar mis conocimientos. La academia me ha abierto las puertas de sus más prestigiosas universidades y centros de debate. Lo cual me ha permitido un espacio de encuentro con otros profesionales, que, como yo, sueñan con un mundo mejor.

Estoy convencida que las sociedades pueden cambiar. Guatemala necesita hoy del compromiso de quienes creen en la justicia, de quienes desean trabajar para lograr que se respete la ley. No podemos esperar que alguien más haga por nosotros, lo que nosotros estamos obligados a hacer. Construir un mejor país depende de los guatemaltecos.

Por esa razón yo, Claudia Escobar, estoy dispuesta a poner al servicio de la justicia, mi experiencia, mis conocimientos y mi trabajo. Por eso, hoy presento mi candidatura al cargo de Fiscal General.

Tengo la determinación de contribuir en el fortalecimiento de las instituciones de justicia y de liderar un equipo de personas que sean capaces de investigar objetivamente todos los actos delictivos. Guatemala no puede permanecer de rodillas ante la criminalidad. Un país pequeño no tiene por qué ser un país subdesarrollado y sumido en la confrontación.

Hago un llamado a los comisionados para que propongan a las personas más idóneas en la lista. Y al presidente Morales para que elija a quien sea capaz de trabajar con integridad por mejorar el Sistema la justicia y terminar con la confrontación. Solo juntos podemos construir una mejor Guatemala y un futuro prometedor para nuestros hijos.

Artículo anteriorEl fracaso de un gobierno
Artículo siguienteEl fin del mecenazgo