La esperanza de traer de Washington la luz verde para escabecharse a la CICIG no se concretó, y Morales viene con las manos vacías. Algunos piensan que es porque el “mero Presidente” no se encargó de la gestión, es decir el señor Arzú que dirige ahora los destinos de la Dictadura de la Corrupción, pero en todo caso no hubo una expresión de las autoridades norteamericanas que devolvieran la paz y tranquilidad a los operadores del Pacto de Corruptos que tiene urgencia por expulsar de Guatemala al señor Iván Velásquez, a quien ven como engendro del diablo por la forma en que ha ido acorralando a los que tienen secuestrado al Estado de Guatemala.

Pero eso no significa, en absoluto, que vaya a mermar la ofensiva y ya circulan comentarios de los implicados en dicho pacto diciendo que al Presidente le fue muy bien y que le entendieron su queja sobre la forma injusta en que lo ha acusado Velásquez y Thelma Aldana, lo cual sirve para mantener motivada a su base que estaba segura de que el plan que forjaron alrededor de lo de Israel y el traslado de la Embajada iba a ser pan comido.

Y decimos que nada cambió porque al no lograr su objetivo tienen ahora la presión del “mero jefe” para que se apresuren las acciones que consoliden la dictadura de la corrupción antes de que le caiga la viga legal que siente ya próxima por todo lo que en las computadoras que secuestró el Ministerio Público había sobre la forma en que se han manejado los fideicomisos. Y todo lo que habían diseñado para acelerar la salida de Velásquez ahora corre más prisa que antes y la desesperación empieza a ser como la de aquellos jugadores que necesitan meter un gol para salvar al equipo, y ven que el mismo no llega estando ya en el minuto 89 del tiempo regular.

Sacar a Velásquez implica dar un golpe rotundo también a la Corte de Constitucionalidad que la vez pasada frenó la declaratoria de persona non grata. Y por ello ahora se trabaja en dos frentes para asegurar que pueda lograrse el objetivo aún antes de que sea la elección de fiscal general, porque temen que las tachas de la CICIG puedan desmontar a las piezas que están barrajando para ocupar la silla del Ministerio Público.

La tensión e ingobernabilidad no ha mermado y por lo tanto hay que estar atentos a lo que se viene en el futuro inmediato porque las medidas desesperadas ahora son más necesarias que nunca.

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