Ayer en la mañana hubo una insólita reunión en el Cuartel Matamoros entre el Presidente, evidentemente en su calidad de Comandante General del Ejército, y los diputados de la bancada oficial en la que se definió el cronograma y las estrategias para la elección de la Junta Directiva del Congreso. Nuevamente importa el simbolismo del lugar de la reunión porque coincide con lo que sucedió el domingo cuando la Tribuna del Ejército de Guatemala fue utilizada para lanzar improperios y amenazas que han dado la vuelta al mundo. No hay dictadura que opere sin el concurso de fuerzas armadas dispuestas a reprimir a los que se oponen a la tiranía y ese es el mensaje.

Se acordó hacer valer los acuerdos alcanzados entre los que militan en el Pacto de Corruptos para ratificar la directiva electa en el pasado mes de enero con la única excepción de la diputada Alejandra Carrillo. Pero también se acordó movilizar fuerzas de choque y en cuestión de pocos minutos el mensaje llegó a Joviel Acevedo quien, de inmediato, comunicó a Gobernación Departamental una marcha del magisterio nacional. Horas después de la convocatoria a los educadores se produjo la que hizo la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala, Avemilgua, a sus afiliados y simpatizantes, sin duda con la intención de resguardar a “sus” diputados.

En esta ocasión no se preveía manifestación de sectores no alineados a la corrupción porque la planilla que presentaron como de oposición surge justamente de la “vieja política” que simplemente trata de ocupar espacios que no le corresponde en términos de la lucha contra la corrupción y la impunidad. Hubiera sido mejor una planilla de todos modos perdedora pero capaz de marcar diferencias y de denunciar las prácticas que ocurren en el Congreso desde hace muchísimos años, pero en vez de eso se hizo una amalgama entre intereses personales e intereses perversos en la que llegan a la desfachatez de incluir al ponente del proyecto de Ley Electoral que afianza y consolida un sistema de elección a la medida para garantizar que las condiciones actuales se perpetúen.

Lo que evidenció esa componenda armada por diputados de la UNE es que el problema no son las personas en este caso, sino el sistema que impide participaciones decentes y asegura que los compradores de curules mantengan la sartén por el mango. Al mismo tiempo se producen ya las pruebas de que con respaldos que van desde el mismo Ejército hasta los sindicatos parte de la cooptación, la dictadura de la corrupción usará la fuerza.

Artículo anteriorImposible que haya mayoría
Artículo siguienteCuba iniciará en 2018 el apagón de la televisión analógica