Marco Tulio Trejo Paiz

Ningún gobierno que hemos tenido constitucional o inconstitucionalmente ha aligerado la tramitación de lo que plantean de su interés los gobernados.

Se nos antoja pensar que los timoneles gubernamentales se han preocupado, prioritariamente, de aumentarse los sueldos, de por sí excesivos y demás ingresos que tiene la presidencia, porque hay gastos generales, gastos de representación, viáticos, etcétera.

Es evidente que la administración pública se ha caracterizado siempre por el tortuguismo, o sea por lentitud de la tramitación de los asuntos que plantea Juan, Pedro, Joaquín y los ciudadanos que necesitan solucionar tales o cuales problemas y necesidades de su interés.

Y es que en realidad lo que se plantea o se solicita en los diversos engranajes del famoso oficialismo duerme el sueño de los justos en los archivos de los escritorios sin que los atiendan los jefes de las respectivas dependencias. Es posible que los subalternos mantengan las cosas sin correr los trámites que proceden.

A cada supremo mandamás que ocupa el mullido y ambicionado sillón del palacio verde, verde, verde, del exquisito guacamol, habrá que picarle la cresta para que trate el caso del curso tardío que a las claras se nota en los trámites de referencia, más no, por supuesto, en los chorros plateados y dorados que brinda la vaca lechera cada fin de mes…

Cualquier gestión administrativa que presenta zutano o mengano debería correr trámite dos o tres días después de ser recibida, no así varias semanas o varios meses después, como ocurre por lo general. Eso no es justificable respecto de los burócratas de mando y de medro, ni por los de baja categoría…

En el período de actuaciones presidenciales de don Jimmy Morales debería procederse ejemplarmente a echar a andar sobre la marcha, sin excusas ni pretexto, lo que gestionan los hombres y las mujeres que necesitan saber el OK o el nequis de lo que exponen y solicitan.

Juan Pueblo dice que los responsables de la mala administración deben irse a echar pulgas a sus casas para evitar desprestigio al gobierno.

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