Edgar Villanueva

Compartiendo la sobremesa familiar surgió el tema de la identidad nacional como motor de desarrollo, y me pareció interesante que todos alrededor de la mesa parecían coincidir en que los guatemaltecos carecemos de identidad. Nos referíamos a ese sentimiento que te hace sentir uno mismo aún en la diversidad y que genera cohesión social (la verdadera y no la de Sandra Torres).

Un ejemplo de este sentimiento y sus manifestaciones lo vemos en el pueblo estadounidense. Todos son americanos y aun cuando se identifican con la cultura de sus ancestros. Y así tenemos italo-americanos, México-americanos y una amplia gama de identidades que al final confluyen en una, el ser americano (estadounidense).

Lo mismo sucede en México, donde a pesar de la diferencia étnica y hasta cultural de los mexicanos del norte y los del sur, por ejemplo, “como México no hay dos”. Los mexicanos se sienten una sola nación, y sobre todo, una gran nación.

Muchos dirán que los dos ejemplos son de países con economías grandes y territorios inmensos. Entonces recurramos al ejemplo de Suiza. Uno de los países más pequeños de Europa, poblado por personas de diferentes orígenes, pero que mantienen una identificación única con su país, su forma de vida y sus leyes al punto de no ser parte completa de la Comunidad Europea.

Nuestra nación está compuesta por más de una veintena de etnias con culturas y costumbres propias y hasta con leyes particulares para cada grupo. Además, 36 años de Conflicto Armado Interno, generado por aquellos que querían (y todavía hay algunos que quieren) dividirnos acentuando nuestras diferencias, hacen titánica, pero no imposible, la tarea de buscar una verdadera identidad nacional.

Hay muchos elementos que generan identidad desde los símbolos patrios hasta los equipos deportivos. Sin embargo, el motor de la identidad nacional es un sentimiento de amor a la patria que se pasa de generación en generación y que los padres podemos heredar a nuestros hijos. Cultivemos en las nuevas generaciones ese amor por nuestro país que facilite la unidad. Vienen tiempos difíciles donde el amor por nuestra patria y el deseo de verla mejor debe de imperar ante nuestras diferencias.

¡Feliz Año Nuevo y nos seguimos viendo/leyendo en el 2018!

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