Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella.” Joan Baez

Al calor de la Navidad, podríamos haber deseado que todo fuera diferente, sin embargo, todo es como es, y no se puede negar, más si, cambiar y evitar, ya que a pesar de contar con un Presupuesto cada año más elevado, sustentado principalmente de la adquisición de Deuda Pública, lo que es lo mismo desfinanciado, en el caso Guatemala, el mismo no se logró ejecutar por varios factores por demás propios de un país subdesarrollado y corrompido como el nuestro.

En el año que recién finaliza, la mayoría, si no todas las instituciones no ejecutaron su Presupuesto, por diversos factores, derivados principalmente de la misma corrupción tan arraigada tanto en nuestra sociedad, como en la mayoría de países mal llamados bananeros, corrupción que ha ido en aumento cual espiral en la que nos vamos perdiendo cual círculo vicioso de la que parece difícil salir.

Este sistema enrarecido ha limitado la ejecución presupuestaria, entre otros por los siguientes elementos: 1) Temor de verse involucrado en actos ilícitos, la mayoría de los funcionarios correctos, tienen temor justificado de agilizar la ejecución pública porque saben que un dictamen, una firma, o una propuesta puede estar viciada, y llevarlos ya no a ser sujetos de un reparo, más bien a ser llevados ante tribunales acusados tanto legalmente, como mediáticamente de delitos que afectan tanto a su buen nombre, como el de su familia, con este temor en la piel, prefieren ser despedidos o destituidos, antes que ser parte de un posible acto que posteriormente, encuadre en un tipo delictivo, con todo lo que esto conlleva.

2) Desconocimiento de la función pública para la que son nombrados, mismo desconocimiento que irremediablemente conlleva el no poder ejecutar los proyectos encomendados dentro del Presupuesto General, este desconocimiento se debe en gran parte a que la mayoría han sido nombrados por ser amigos de los amigos, de alguien que tiene lazos de cualquier índole con un funcionario que detenta de momento el poder público, estos nombramientos a dedo, sin que existan o se cumplan los perfiles mínimos para ejercer determinada función, tienen como consecuencia que no se ejecute el Presupuesto, o si se ejecuta, alguien ajeno, recibe parte del gasto que es necesario para satisfacer los servicios públicos, que son de suma urgencia para la sociedad.

3) Corrupción enraizada a todo nivel, porque existe corrupción cuando un funcionario recibe a cambio de sus buenos oficios, tanto una botella de vino, como un porcentaje del total del gasto que se está realizando, este porcentaje puede ser como mínimo de un 30%, imaginemos cuánto disminuye la calidad del gasto a realizar, si el contratista encargado dentro del total de sus costos, debe incluir este alto porcentaje, porque significa como máximo la ganancia que pretende obtener quien vende el bien, o presta el servicio, esa ganancia prácticamente pasa a ser el total, de lo que se entregará en concepto de comisión, por lo que la solución que se ha encontrado, es la disminución de la calidad del producto a entregar, ya sea este un producto o un servicio.

El resultado de las prácticas antes mencionadas, nos ha dado como resultado carreteras intransitables, como ejemplo quien ha viajado a Chiquimula ha sufrido pérdidas, que se pueden cuantificar no solamente en relación a la depreciación del vehículo, sino el tiempo perdido (que no mal empleado) mismo que bien hubiera podido ser utilizado por la persona, en otras funciones más importantes que tratar de esquivar tanto hoyo.

Servicios sociales de primera necesidad insuficientes, como salud pública, educación y seguridad, el déficit de los mismos da como resultado una sociedad pobre en todos los aspectos, porque la pobreza no se cuantifica solamente con la falta de dinero, la pobreza se cuantifica más aún con una alta tasa de desnutrición, falta de educación pública de primera calidad, la educación es base fundamental del desarrollo de toda sociedad, ya que sin educación no se pueden atacar todos los males que afectan a la misma.

Por lo anteriormente expuesto nos encontramos ante un sistema fallido, ¿quién tiene en sus manos resolver este problema añejo? Nosotros mismos como sociedad, participando y exigiendo cantidad y calidad en la función pública.

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