Carlos Rolz Asturias

En el ambiente político internacional el título de marras ha creado una caótica situación de enfrentamiento entre gobierno y periodismo, la cual, con frecuencia, ha causado situaciones inverosímiles. Las redes sociales a través del internet han contribuido parcialmente a la misma, debido a la constante e inmediata difusión de acontecimientos y opiniones con un dudoso sustento, y en el peor de los casos, sin sustento alguno. El increíble nivel de conectividad entre individuos es un fenómeno nuevo cuyos efectos se empiezan a sentir y cuyas consecuencias futuras son riesgosas de predecir. ¿Qué es cierto, qué es falso? ¿Opinión con sustento, o pura invención?

La ciencia y la ingeniería no han sido ni son inmunes, especialmente porque los elementos en donde se dan a conocer nuevos avances del conocimiento y de los descubrimientos, entiéndase las revistas científicas y de información general tecnológica, han generado sus propias herramientas de conectividad que permiten sintetizar rápidamente el estado de las cosas. Y he ahí el dilema, ya que en ese momento pueden existir diferentes interpretaciones, las cuales pueden ser rechazadas o comprobadas en futuros experimentos. Es obvio que lo anteriormente descrito no puede ser calificado de intrínsecamente falso, sino que son en realidad interpretaciones de momento, aunque ocurren, afortunadamente en ocasiones esporádicas, casos de publicaciones con resultados experimentales inventados o con un análisis errado. Sin embargo, el peligro está en la difusión global de una opinión generalizada a través de las redes sociales, en donde la mayoría de individuos no tendrá el suficiente conocimiento para discernir ni para construir una correcta y futura actitud dubitativa. O, en el extremo, aferrarse a la interpretación dada si favorece sus propios intereses.

El ejemplo siguiente ilustra lo anteriormente expuesto. Las vacunas son un tema que se volvió controversial y originó un caudal de discusiones, causadas por una red de activistas en contra de la vacunación y por el aumento reciente de casos de enfermedades contagiosas, como el sarampión, en los Estados Unidos de América, Alemania, Italia y Rumanía. El activismo en contra de las vacunas empezó cuando los resultados de un artículo en Lancet en 1998 sugirieron que la vacuna triple (MMR) contra el sarampión, las paperas y la rubeola podía causar el desarrollo del autismo en los infantes. Esta noticia se difundió en las redes sociales vertiginosamente. El Lancet retiró el artículo en el 2010, pero el daño ya estaba hecho y en ese período proliferó la red de activistas en contra de la vacunación. Por su parte, los científicos reunieron los resultados experimentales de veinte estudios epidemiológicos, los analizaron y publicaron pruebas fehacientes sobre la inocuidad de la vacuna MMR rechazando de manera contundente, no solo, la asociación entre la vacunación y el riesgo de causar autismo, sino que la imposibilidad bioquímica del mecanismo de acción. Recientemente en la revista Science se publicaron en forma gráfica los efectos positivos de la reducción de casos de nueve enfermedades infecciosas desde que se inició en Estados Unidos de América la vacunación en cada una de ellas. La reducción fue dramática en todos los casos.

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