Marco Tulio Trejo Paiz

En nuestro país, el más privilegiado por la Naturaleza del área centroamericana, existe toda una variedad de lugares de extraordinaria atracción turística, pero algunos son poco conocidos porque están marginados para eterna memoria por el instituto del ramo.

Me explicaré. El domingo 29 de octubre recién pasado tuve la feliz oportunidad de visitar el centro turístico Bonanza, situado a unos 75 kilómetros de nuestra urbe capitalina en jurisdicción del departamento de Chimaltenango.

Viajé al bello lugar, de aspecto paradisíaco, en compañía de mi familia hogareña: mi hija licenciada Astrid María Trejo González de Moya, su esposo Edgar Estuardo Moya Palma, su papá don Benjamín Moya Marroquín, la vivaracha nenita Valentina y la aventajada estudiante de la Mariano Gálvez, Pamela Stefanny Moya.

A lo largo del trayecto me extasié en la maravillosa fronda, especialmente cuando comenzamos a zumbar en el territorio chimalteco.

La tierra de nuestros estimados paisanos aborígenes que nos deleitan con sus pinturas admiradas nacional e internacionalmente, pues han estado en exhibiciones en Estados Unidos de América y en las Europas, como solía decir jocosamente en sus editoriales el licenciado Clemente Marroquín Rojas.

Ya estaba dejando muy atrás el tema central de mi articulejo que, cada sábado, aparece en la columna que escribo en las páginas de opiniones del vespertino.
Yo sugeriría a mis coterráneos visitar el paradisíaco lugar propio para salir de la monotonía ambiental de este valle de lágrimas -y de otras áreas del país-; las súper atractivas instalaciones causan curiosidad, donde en obsequio del exigente paladar también sirven exquisitos platos en las horas de los tres tiempos de comida a precios al alcance de los parroquianos.

Se trata de una sugerencia que nada tiene que ver con la propaganda, si no simple y llanamente es una inquietud de un periodista apartado del montón.

El picaron de Juan Pueblo no me dejará decir cosas que no son realmente ciertas.

Los estimados lectores quedan cordialmente invitados, sin interés secundario, a visitar cuando les sea posible el centro de atracción turística y saldrán de dudas. Les aseguro.

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