Félix Loarca Guzmán

La pandemia se deriva de un vocablo griego, cuya significación se aplica esencialmente en el campo de la salud y apunta a la idea que es una enfermedad que se ha extendido no solo a un país sino a varias naciones y que ataca a muchas personas de una región geográfica.

La corrupción es el conjunto de triquiñuelas, mentiras y prácticas reprobables que llevan a cabo no solo empleados y funcionarios estatales, sino también miembros de la empresa privada.

Al respecto, es ilustrativo recordar las palabras del Presbítero Juan Álvaro Zapata Torres publicadas hace tiempo en EL CATOLICISMO, Decano de la prensa en Colombia, sobre que: “Aquellos que creen que siendo corruptos son más ricos, terminan por empobrecerse humanamente”.

El religioso apuntaba con gran acierto que: “Con dolor hay que afirmar que muchos colombianos, a lo largo de la historia, han sido verdaderos conquistadores de la corrupción. Se han robado el capital de los ciudadanos, por medio de diversos mecanismos. Han incrementado desmesuradamente los costos de los productos, han vivido como parásitos a costa de los recursos de otros. Han aprobado contratos millonarios con dinero público favoreciendo a sus amigos a cambio de “coimas”, por encima de los verdaderos necesitados”.

Estas reflexiones son oportunas a propósito de la reciente captura del diputado Roberto Kestler del Partido TODOS, acusado por el Ministerio Público de haber participado en actos de corrupción favoreciendo a una empresa proveedora del IGSS, aprovechando la influencia que ejercía como Presidente de la Comisión de Salud del Congreso de la República, en el período 2013-2014.

Por ahora, el diputado goza del derecho a la presunción de inocencia, pero sería imperdonable que hubiera participado en el escándalo de los negociantes de la salud beneficiándose con el padecimiento de los pacientes. Este caso y otros más explicarían el porqué hay tanta deficiencia en los servicios del Seguro Social.

El doctor Rafael Cuevas Molina, destacado académico guatemalteco, actualmente Director de la Revista Electrónica Con Nuestra América, que se edita en Costa Rica, dice que la corrupción es una vieja lacra.

Actualmente algunos expresidentes están en la cárcel sindicados por actos de corrupción. Cita con admiración que una excepción ha sido Pepe Mujica, el expresidente de Uruguay, quien parece un bicho raro al vivir en forma austera, con sillones desvencijados en la sala de su casa y con su escarabajo Volkswagen tosiendo por el camino de tierra que lleva a la pequeña chacra donde vive. Cita al Che Guevara, el legendario revolucionario cubano-argentino, como otro caso de rectitud que puso a la ética como el centro de su pensamiento y su propuesta. Sin duda es un referente histórico y un gran ejemplo para las nuevas generaciones.

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