Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

El viernes y sábado se desarrollará en Quetzaltenango un evento en el que participarán migrantes y retornados en un esfuerzo por generar causas e iniciativas sostenibles que permitan crear mejores condiciones en el país y así evitar que, para muchos, el sueño americano sea su última gota de esperanza.

Dentro de una comunidad que ha sufrido en carne propia los efectos de la corrupción, la impunidad, el tráfico de influencias y como consecuencia de lo anterior, la falta de oportunidades para poder tener un desarrollo humano pleno e integral, hay un entendimiento muy claro que el sistema no tiene viabilidad con sus reglas actuales y para ello, es que se dan cita en un evento que jóvenes emprendedores han planeado con empeño.

La reunión no tiene como objetivo ver qué consiguen “regalado” o para ver cómo obtienen “la papa pelada” como comúnmente se dice, sino que basados en el espíritu emprendedor de quienes salen a buscar algo mejor en lugar de darse por vencidos, pretenden debatir respecto a varias alternativas que como sociedad podemos y debemos explorar para lograr que cambie la matriz de oportunidades.

Los migrantes y retornados, así como quienes tienen un mayor contacto con la realidad del país, no piensan que con Jimmy Morales inició la corrupción/cooptación de este país y tampoco lo culpan de todos su males, pero tampoco lo tienen como alguien honesto pues es constante la queja de la comunidad migrante respecto a los compromisos que el Presidente les hizo durante la campaña y que no ha cumplido, sumado a que no ha movido un dedo para liberar al sistema de los vicios.

Siendo gente que ha aprendido a valorar las oportunidades, lo único que desean es que como sociedad debatamos con pasión algunas ideas que nos pueden ayudar a liberarnos de un sistema cuyo funcionamiento no tiene sostenibilidad, entendiendo que la ejecución del gasto a través de tantas unidades ejecutoras y con una Contraloría cooptada hasta el punto de volverla inútil, asegurará que los recursos no lleguen a la gente y que las cosas sigan igual o peor que en la actualidad.

Muchos de los asistentes a la actividad apoyan los esfuerzos por erradicar la corrupción por la simple y sencilla razón de que han vivido en carne propia sus nefastos efectos. Es algo así como que un ciudadano que para en el “bote” por atropellar involuntariamente a alguien, luego no apoye la causa por reformar un putrefacto sistema de presidios. Ya vivió la realidad y no la puede ignorar.

La actividad es un importante primer paso para que se tiendan puentes con todos aquellos que de verdad desean un país más justo e incluyente. No se pretende el empobrecimiento de unos para levantar a otros, solo se busca que quienes tenemos oportunidades podamos encontrar puntos de acuerdo con aquellos que han sido menos privilegiados para que, juntos, nos aseguremos de crecer (o seguir creciendo en el caso de los que hemos tenido oportunidades), sin dejar tanta gente atrás y que eso nos pase factura como país.

El cambio es un tema económico y hasta ahora no lo vemos así porque no se ha querido aceptar del todo el gran papel que juegan las remesas en nuestra economía. Ahora que vemos una desaceleración económica por varios factores (pero a mi juicio casi todos ligados a la corrupción), nos empezamos a preocupar porque si por alguna guerra de Trump llegan a bajar las remesas, el embate será brutal y solo Dios sabrá si como país podemos soportar una caída en ese ingreso.

Migrantes y retornados, empresarios tradicionales o emergentes honrados y todos aquellos que de verdad queremos cambios para crecer sostenible e influyentemente, debemos trabajar juntos para lograr el objetivo y lo que pasará en Xela el fin de semana debe ser un punto de partida.

 

Artículo anteriorRinden honras fúnebres a agentes fallecidos
Artículo siguienteHacia el verdadero juicio oral en Guatemala (I)