Mario Alberto Carrera
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5 de octubre
Pocos jueves de CICIG han sido tan jugosos y a la vez esperpénticos (por la aparición de un inesperado convidado de piedra desencajado de ira) como el que nos brindó en su última tenida, la ya famosa pareja de la justicia nacional.

Pandora Alejandra Reyes Ochoa abrió su tinaja repleta de los excrementos más execrables. Colección de tarántulas, piojos y ladillas –muchos de los males de la golosa oligarquía nacional, de la que hace parte simius aureus- y zurró (Pandora rodeada de bambas) abundante y sin límites, sobre el adelantado del reino de Guatemala, su partido Unionista (de cuño MLN) y de alguna o de muchas formas sobre todo aquel que haya sido partícipe del desmadre del Estado impúdico, que nos ha puesto la bota de su despilfarro y prepotencia durante los últimos 50 años.

Los miasmas de Pandora Reyes fueron enderezados por los eficaces colaboradores, doña Thelma y don Iván de Antioquia. Y don Pedro de Irigoyen y Contreras de Alvarado los recibió en pleno rostro ¡y en situ!, por petulante y desafiante: matamoros, mataindios, mataobispos. Ofreciéndonos uno de los espectáculos públicos más entretenidos de la escena guatemalteca de los últimos tiempos. Sólo superado por los sketch de la tele, de su cómplice en el cinismo, Black Pitahaya, el morenito bonito de Amatitlán.

Dios tarda pero no olvida, dicen los creyentes en honor a su Dios vengador que, con su tajo vengativo, puede que tarde pero no posterga amnésico. Con tales formas el Señor quiere indicar que no hay que cantar gloria antes de la victoria y que a cada simius aureus le llega su sábado. Tal S. Martín se convirtió en jueves de CICIG, el histórico 5 de octubre, en el que -por la andadura de la justicia y no de la violencia- le está tocando su sabatina jornada –en la cabeza de Arzú- a toda la Oligarquía y al Ejército que nos han estado conduciendo, por la Vía Dolorosa, a los prosternados, a los “Condenados de la Tierra” guatemalteca, de Fanon.

No olvida –precisamente el Dios de Arzú, católico castizo si los hay- que su Capitán de Extremadura viene remando desde muy lejanos pantanos castillo- armistas. Entre ríos de calaveras de Hunahpú e Ixbalanqué, sus víctimas indígenas, a los que -en última instancia- hurtan en tu Palacio Nacional de la incultura kitsch: consumidores finales del infortunio nacional. Navegando en cauces de corrupción destapados ¡hoy gracias a mi Zeus bendito!, por Pandora Reyes. Aqueronte de podredumbre del Conquistador, sembrados y germinados en el MLN, para ofrecernos sus primeros frutos (¡prometedores de desvergüenza!, gracias al ilustrado, instruido y sensitivo general Romeo Lucas García, de grata recordación genocida) en el INGUAT, iniciática vereda áulica, por la vía de las agencias de turismo particular de JH Liang.

Alcalde. Presidente. Alcalde, bis, bis y bis. Emperador del ayuntamiento de serpientes y lagartos en chinasteante orgía de business sin mesura, en el territorio sin límites de la obscenidad y la impudicia política de la repetición, sobre la base de la manipulación electoral, comprada con publicidad y propaganda ilícita -made in Pavón torre Fuerte- sólo comparable con el manoseo publicitario de la cínica Roxana.

Pandora Reyes. Caja, tinaja o mortaja. Desvelaste un cacho ¡nada más!, de la tumba del obispo y de la tumba del lechero. Tumbas que tumbarán al nuevo gavilán de Extremadura, protegido aún ¡cómo no!, por sus diabólicos edecanes Obdulio Villanueva y Byron Lima que, desde el Averno, todavía trágicos lo escoltan procaces y asesinos.

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